Una globalización más humana
En una ceremonia que mantuvo su patrón tradicional, tomaron la palabra Mary Robinson, premio de Ciencias Sociales; Ann M. Veneman, directora ejecutiva de Unicef, que recogió el premio de la Concordia, y William H. Gates, copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, premio de Cooperación Internacional. Robinson, ex-presidenta de Irlanada y que fuera Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, abogó, en su dificultoso español, por una «globalización más humana» que debe esforzarse en la inmigración «que ha alcanzado dimensiones épicas», y en combatir el tráfico de personas «una forma de esclavitud que afecta especialmente a mujeres y niños». Ann M. Veneman recorrió las seis décadas de Unicef y constató los grandes avances logrados en favor de la infancia y contra al pobreza en este tiempo, «un beneficio mayor al logrado en los quinientos años anteriores». Recordó a las victimas de catástrofes ambientales, genocidios guerras y hambrunas que se cobran las vidas de millones de niños «que apelan a nuestra conciencia y dependen de nuestra acción colectiva», advirtió.