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Varios miembros de la familia de la insulina presentan propiedades neuroprotectoras BENEFICIOS DE LA INSULINA

La proinsulina atenúa la muerte celular en enfermedades neurodegenerativas Retrasa la muerte celular programada

El trastorno de la retina estudiado conduce a una ceguera total, sin cura en la actualidad

Publicado por
M. García - león
León

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Las investigaciones para tratar las enfermedades neurodegenerativas siguen dando buenas noticias. Según informa el Servicio de Documentación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) un equipo de este organismo ha presentado la solicitud de patente del uso de la proinsulina para la elaboración de composiciones farmacéuticas que puedan atenuar enfermedades neurodegenerativas en las que se produzca muerte celular programada. La patente se basa en un estudio, encabezado por los investigadores del CSIC Enrique de la Rosa y Flora de Pablo, que demuestra que el efecto protector que la proinsulina ejerce sobre la muerte celular programada permite atenuar también el proceso neurodegenerativo. La investigación se realizó en ratones transgénicos con retinosis pigmentaria. De la Rosa define el hallazgo como «un primer paso prometedor» y ha explicado que la investigación tiene que ser seguida por el estudio del mecanismo de acción de la proinsulina en la atenuación de la neurodegeneración; por el estudio de su efecto en otros modelos animales; y, con el indispensable concurso de la iniciativa empresarial, por el estudio de su posible aplicación a la clínica humana. La Oficina de Transferencia de Tecnología del CSIC busca en la actualidad empresas farmacéuticas con el objeto de establecer colaboraciones y acuerdos para el codesarrollo del posible fármaco. Retinosis La retinosis pigmentaria es una enfermedad hereditaria que en España afecta a una persona de cada 6.000, y desencadena un proceso progresivo de pérdida de visión que desemboca en una ceguera total para la que aún no se conoce cura. Uno de los primeros síntomas de esta patología es la ceguera nocturna, a la que sigue una reducción del campo visual o «visión túnel» y, finalmente, ceguera total. El estudio de De la Rosa y De Pablo, que trabajan en el Centro de Investigaciones Biológicas (del CSIC), en Madrid, evidencia en concreto que ciertos niveles crónicos de proinsulinemia, obtenidos mediante la expresión transgénica de la proinsulina humana, son capaces de alcanzar la retina y atenuar la neurodegeneración de los fotorreceptores en el modelo genético de ratones. El hallazgo se documentó mediante la determinación de la respuesta visual por electrorretinograma, lo que se correlacionó, mediante el estudio histológico e inmunohistoquímico de las retinas de los ratones tratados, con el mantenimiento de un mayor número de fotorreceptores y de sus conexiones sinápticas. De este modo, explica el investigador del CSIC, «el efecto atenuador de la muerte celular programada que ejerce la proinsulina permitió conservar la función visual durante un mayor periodo de tiempo en los animales tratados». La gran mayoría de las enfermedades neurodegenerativas presentan procesos de muerte celular programada de neuronas y/o células circundantes. Varios miembros de la familia de la insulina, entre los que se encuentran la propia insulina, su precursor, la proinsulina, y los factores relacionados IGF-I e IGF-II constituyen factores de crecimiento con un papel fisiológico fundamental en la regulación del balance entre la vida y la muerte de diversos tipos celulares.Mientras que la función neuroprotectora de IGF-I ha sido bien caracterizada, los estudios con la insulina, sin embargo, se han centrado tradicionalmente en su función metabólica y su implicación en diabetes. En cambio, estos investigadores del CSIC estudian hace décadas funciones alternativas de la insulina y de su precursor.