La Policía Local honró a San Marcelo Dos medallas con sentimiento

Todos con el patrono La plantilla de la Policía Local y sus mandos superiores celebraron en la Plaza de San Marcos los actos correspondientes a la festividad de San Marcelo, patrón del cuerpo, con una misa concelebrada por el Obispo de León, Julián López y un acto posterior de entrega de medallas y condecoraciones presidido por el alcalde, Mario Amilivia, con participación de las principales personalidades de la vida civil, militar, judicial y política. También se acercaron hasta la plaza de San Marcos un buen número de familiares de los agentes condecorados, que soportaron estoicamente las altas e inusuales temperaturas que registra la provincia estos días. Amilivia recordó el pasado del centurión romano que renunció a su condición por ser fiel a sus condiciones y se convirtió en San Marcelo: «Los 241 policías locales que tiene León, habéis heredado es espíritu, y las cerca de 160.000 actuaciones que habéis emprendido en lo que va de año, son una buena muestra». El alcalde se declaró emocionado y orgulloso de la labor que desempeña el cuerpo e hizo votos para que la cooperación con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado siga siendo fructífera. Destacó la importancia del nuevo servicio de atención a la mujer, el GAMU «pero en realidad, todas y cada una de las divisiones que componeis el colectivo, sois importantes para la ciudad». A la vez, impuso la medalla al mérito a Ramón Ledesma, director provincial de Tráfico, y a diez miembros más de la Policía Local. También distinguió con la Cruz de la Permanencia en el Servicio con distintivo Blanco a doce policías más y entregó cinco medallas de oro de León para otros tantos jubilados. «Cuando la gente que viene de fuera me pregunta cómo es León, siempre digo que es una ciudad limpia, tranquila y segura. Eso, podéis estar seguros de que es mérito vuestro. Estoy orgulloso de que tengamos la mejor policía que existe» manifestó Amilivia durante la alocución pública con la que se cerró el acto, tras el cual, de la misma manera que se abriera, la Banda Municipal, interpretó el Himno a León. Recibieron medallas extraordinarias el inspector Agustín Zufiarre Coque, a través de su viuda y el agente Felicitos Merino Rodríguez. El primero falleció en acto de servicio en 1956 cuando acompañaba a la corporación a la Tómbola de la Caridad. El segundo fue condecorado a través de sus hijos, y en ambos casos, se trató de distinciones a título póstumo. Un hijo de uno de los condecorados remitió una carta de agradecimiento al alcalde. «Cuando me entregues la medalla, solamente seré el portador para mandarla directamente al cielo, donde mi padre estará patrullando, como siempre le gustó hacerlo mientras estuvo al servicio del cuerpo».