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La futura normativa busca reducir el volumen generado y facilitar su recogida selectiva

En España sólo reciclamos el 18 por ciento de las pilas que se consumen

Los productores cubrirán los costes de gestión y las campañas informativas

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M. Pérez - león
León

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Los datos de recogida de las Comunidades Autónomas indican que de los cerca de 400 millones de pilas y acumuladores que se venden al año en el mercado español, lo que supone alrededor de 15.000 toneladas, sólo se recicla el 18%. La directiva europea sobre pilas establece, entre otras normas, la prohibición de comercializar pilas y acumuladores que contengan determinadas sustancias peligrosas, y asimismo el tratamiento, reciclado y eliminación de los residuos de pilas y acumuladores. Propone, además, que se introduzcan nuevas tecnologías en el proceso del reciclado, así como la retirada de aquellas que contengan más de 0,0005% de mercurio ó 0,002% de cadmio. Con el fin de trasponer la normativa comunitaria a la legislación española, y desarrollar las aplicaciones establecidas en la Ley de Residuos, Medio Ambiente ultima la elaboración de un Real Decreto que regule la recogida y gestión ambiental de las pilas y acumuladores usados en España, reduciendo así su peligrosidad y asegurando un mayor nivel de protección ambiental. Su principal objetivo es prevenir la generación de este tipo de residuos tóxicos, facilitar su recogida selectiva y su peligrosidad y evitar la eliminación de las pilas y acumuladores usados en el flujo de residuos urbanos no seleccionados. Según se recoge en el texto, el productor estará obligado a hacerse cargo de la recogida y gestión de la misma cantidad y tipo de pilas y acumuladores usados que haya puesto en el mercado. Para hacer efectiva esta obligación, podrá contribuir económicamente a los Sistemas Públicos de Gestión, establecer su propio Sistema de Gestión Individual, participar en un sistema integrado de gestión o establecer un sistema de depósito, devolución y retorno de las pilas y baterías usadas que haya puesto en el mercado. Se fijarán unos índices mínimos de recogida de residuos de pilas y acumuladores portátiles: el 25% para el año 2012 y el 45% para el año 2016. La normativa española contempla también unos índices mínimos de recogida para pilas y acumuladores de automoción, siendo de un 90% para el año 2010 y del 95% para el año 2012 estableciendo, además, para las industriales, un objetivo de recogida para el año 2012 del 95%. Además, los productores tendrán que cubrir todos los costes de gestión incluyendo las campañas de información pública. Proceso de reciclaje El principal problema que presentan las pilas y acumuladores una vez que han agotado su vida útil es su eliminación. Si se acumulan en los vertederos, con el paso del tiempo pierden la carcasa y vierten su contenido, compuesto principalmente por metales pesados (mercurio, cadmio, plomo, zinc, manganeso, níquel), que se filtran y acaban contaminando el suelo y los acuíferos introduciéndose en la cadena alimentaria. Separar las pilas del resto de los residuos y llevarlas a los contenedores especiales, cada vez más abundantes en organismos, comercios y hasta en la propia calle, es imprescindible para una correcta gestión. Una vez recogidas, son transportadas a una planta de reciclaje donde se separan los metales y el resto de materiales. Las pilas son trituradas (excepto las de botón) e introducidas posteriormente en un destilador que permite separar el mercurio obteniéndose una pureza del 95%. De la trituración se obtiene escoria férrica y no férrica, papel, plástico y polvo de pila. Este último sigue distintos procesos para recuperar los metales que contiene. Como hay pocas plantas de reciclado debido a que el tratamiento es muy costoso y se consume mucha energía, las pilas también son destruidas mediante incineración, con la consiguiente emisión a la atmósfera de elementos tóxicos volátiles como partículas de cadmio, mercurio y zinc.