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Publicado por
CARLOS G. REIGOSA
León

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LOS AFANES del PSOE y el PP por empujarse fuera del círculo de tiza de la democracia son falaces e irritantes, porque sólo buscan enconar y enrarecer el ambiente social. Ni el PP es la ultraderecha -ni siquiera cuando se expresa por boca de algunos de sus montaraces-, ni el PSOE se ha pasado a la ultraizquierda por pactar con ERC o hablar con Batasuna. Es el de ambos un juego de acusaciones que carece de credibilidad y de sentido de las consecuencias. Porque siempre hay consecuencias, y casi siempre lamentables. Nunca faltan algunos seguidores radicales qure se creen sus bravatas. Hace unos días tuve ocasión de ver en una televisión como el Secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, intentaba convencer al popular Gabriel Elorriaga de que él no era de ultraderecha, pero que sí lo eran Acebes y Zaplana, dos primeros espadas del PP. Todo ello sin soltar un argumento que mereciese consideración. Elorriaga se reía y negaba, porque al parecer tampoco él estaba para sutilezas argumentales. Y así nos quedamos, con uno fingiendo que intentaba convencer al otro de lo que en realidad ambos nos querían convencer a nosotros. Y ello con un menosprecio total por los conocimientos del televidente. Porque no hace falta ser un lince de la política para darse cuenta de que el mensaje de la ultraderecha francesa o alemana no tiene nada que ver con el discurso del PP. Ni siquiera hablan de lo mismo. Escuchen lo que dice estos días Le Pen en Francia y lo comprobarán. La inmigración en clave xenófoba y el antieuropeísmo en clave nacionalista son los ejes de su carreta. Felizmente, no hay noticia de que el PP cabalgue a lomos de esos tigres. Lo mismo cabe decir sobre el ultraizquierdismo del PSOE de Zapatero. Que no existe. Porque no se pueden confundir sus improvisaciones y ambigüedades más o menos calculadas en la lucha antiterrorista o en la cuestión territorial con el despelote de un Chávez o un Evo Morales, por poner dos ejemplos claramente subsumibles en uno. Y si es así, ¿por qué nos marean el PSOE y el PP con una interminable escenificación de empujones a ver si uno echa al otro de la pista? ¿En eso consiste el juego? Nos merecemos más altura política y más respeto.