| Visto y oído |
Pajares, entre el vino y la caza
Campeonato de caza Pajares de los Oteros, el pueblo que es capital del prieto picudo, pero también poseedor de un excelente coto de caza, el mismo que mereció elogios nunca más pronunciados por un mito de este deporte, Ismael Tragacete, recibió anoche a los participantes que hoy disputarán el campeonato autonómico. Es un empeño personal de su activo alcalde, Julio César Fernández, quien pretende hacer de ese binomio vino-caza un atractivo irresistible para llevar turismo al pueblo. Los cazadores fueron recibidos en una de las bodegas características del pueblo, González Nava, y agasajados con los excelentes caldos de Vega Silvera , que se elaboran allí mismo, así como con otros productos más sólidos y también característicos de la comarca. Con una velada así, hoy sólo hace falta buena puntería. Y buena suerte. Madreñas de Oro Uno de los premios más entrañables y sentidos de cuantos ofrecen conjuntamente instituciones leonesas y asturianas, las Madreñas de Oro, se entregaron el 27 de octubre en la Casa de León y en el Centro Asturiano de Madrid. Antonio Trevín, Delegado del Gobierno en el Principado, recibió la galocha cismontana y Pedro Argüelles, Presidente de Honor de la Casa de León, la trasmontana. Cándido Alonso, presidente del Consejo Superior de la Casa de León pronunció El sentimiento asturleonés , reivindicación de las virtudes de la antigua alianza entre ástures de uno y otro llau del Cordal. 1397124194 Merecido descanso El trabajo enriquece y más si logras hacer amigos en él. Ese es una de los lemas de Pablo López Loureiro, un empresario astorgano aunque nacido en Sarria (Lugo) al que ayer le llegó la hora de la jubilación. Aunque dice, y sus más allegados corroboran, que con 65 años aún tiene cuerda para rato, ha decidido dejar paso a las nuevas generaciones entre las que se encuentran sus dos hijos encargados de mantener un negocio que este hombre-trabajo inició hace ya muchas décadas y con el que ha logrado una solvencia empresarial envidia de muchos. Siempre con su mujer María Teresa López como sustento y apoyo infatigable, Pablo López se considera un privilegiado de poder hacer lo que más le gusta y de lograrlo siempre con la confianza como bandera, una cualidad de la que ha hecho gala desde que inició su camino en el mundo de la empresa en una funeraria de la que pasó a la fabricación de muebles y luego a la de ataúdes. De allí, las flores fueron su destino, labrándose un camino que le ha llevado a extender el nombre de su empresa Capriccio no sólo por León sino por otros lares.