Diario de León

Un estudio del From señala que los chavales prefieren el sabor disfrazado por rebozados o salsas

Los niños comen un tercio menos de pescado que el resto de la población

Los menús escolares ofrecen carne casi cuatro veces por semana, y productos del mar sólo 1,73

La ministra Elena Espinosa compartió menú con los niños en el comedor de un colegio de Toledo

La ministra Elena Espinosa compartió menú con los niños en el comedor de un colegio de Toledo

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efe | toledo

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Los niños en edad escolar comen un 30% menos de pescado que la media de 37 kilos por habitante y año, su conocimiento de este alimento es escaso, lo rechazan sobre todo por tener espinas y por la piel y generalmente lo comen con su sabor «disfrazado» por una salsa de tomate o un rebozado. Estas son algunas de las conclusiones del estudio sobre el consumo de pescado en los comedores escolares elaborado por el Fondo de regulación y Organización del Mercado de los Productos de la Pesca y Cultivo Marinos (From), que ayer presentó la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, en el colegio Alfonso VI de Toledo. En el informe se pone de manifiesto que la presencia del pescado en los menús de los comedores escolares no llega a dos veces por semana (1,73) frente a las casi cuatro veces que llevan productos cárnicos (3,97). De esas dos veces que hay pescado, solamente en una se trata de un plato de pescado elaborado -en la mitad de los casos es merluza frita o rebozada- mientras que en la otra ocasión el pescado es secundario como guarnición o ingrediente de otro plato, como en el arroz con almejas, y el que se sirve es sin espinas, ya que esta es la principal causa de que los niños rechacen este producto. Un 24% no se come todo El 24% de los chavales que se quedan a comer en el colegio no se comen todo el pescado que se les sirve; un 35% se muestra contrariado por tener esa comida y, además, el 44% de los encargados de comedor asegura que cuando hay pescado los niños tardan más en comer. La ministra, ante el bajo consumo de este producto, apuntó la necesidad de impulsarlo a través de campañas de comunicación adecuadas y del compromiso de los padres, los colegios, las empresas de «catering» y el sector pesquero. Espinosa explicó los factores que influyen en que los niños coman poco este producto, en primer lugar por la vida «trepidante» de los padres que hace que se busquen alimentos de fácil elaboración y que en la mesa no sean rechazados por los pequeños, también por el poco conocimiento que se tiene del pescado congelado y porque las empresas de «cátering» prefieren alimentos más baratos. Recetas más atractivas Por eso, animó a romper la imagen negativa del pescado a través de una triple vertiente: «fácil de elaborar, fácil de conservar y fácil de comer» con recetas rápidas y sencillas que gusten a los chavales. La ministra señaló también que, en el caso de los niños, llegan a los comedores escolares sin costumbre de comer este producto, lo toman como una obligación o un castigo y desconocen el «mundo del pescado» y, en el caso de las empresas de cátering, se mostró convencida de que, si hubiera más demanda de pescado en los menús, la cubrirían. En cuanto a las industrias, Elena Espinosa les pide que colaboren con más variedad de pescado para el consumo escolar en filetes y sin espinas. El estudio, que abarca los años 2005 y 2006, se realizó entre niños de 10 a 12 años, educadores y familias de toda España; a partir de 1.147 encuestas a centros educativos y el análisis de 7.398 menús escolares.

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