La vena poética más profunda

«En el actual pragmatismo histórico, el lenguaje y el pensamiento poéticos parecen tener un lugar y una importancia menores. Vivimos en una realidad cruelmente objetivada y utilitaria, pero, en los espacios de soledad, minoritaria pero aún fuerte, se hace presente la inclinación primitiva a conjurar el sufrimiento y la muerte con un lenguaje aprendido cuando el mundo era sagrado». Esta reveladora reflexión también está incluida en Ávida vena , la tercera entrega de la Biblioteca Leonesa de Escritores que Diario de León ofrece mañana a sus lectores al precio simbólico de un euro y medio. Se trata de una cuidada antología poética de Antonio Gamoneda, último premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Tras la atlántica sugerencia de Cuentos del noroeste mágico de Antonio Pereira y la desgarrada evocación de El espíritu del Páramo , de Luis Mateo Díez, el lector se adentrará ahora en los misterios más profundos del alma humana de la mano de unos los creadores que más ha influido en el panorama poético nacional. Continúa así el gran proyecto editorial del Diario con motivo del año de su Centenario: llevar a los hogares leoneses las obras imprescindibles de los autores que mejor han entendido o intuido el espíritu del Viejo Reino; y desde el cual han alcanzado la comprensión y el reconocimiento de lectores y expertos de todo el mundo. En total se publicarán 52 obras de 48 autores: más de medio millón de volúmenes. «Acaricias mi garganta/ con tu voz y tu mano lejanísima./ Oscura: bebe en el viento/ el olor a tristeza de mis manos». Con estos versos de La tierra y los labios arranca Ávida vena , cuyo prólogo y selección de textos ha corrido a cargo de uno de los mayores expertos en la obra de Antonio Gamoneda, Miguel Casado. Este pensador y crítico literario asegura que no se puede hablar de poesía moderna en nuestra lengua sin reconocer el papel clave de su obra, «de las preguntas y caminos que ha suscitado, de la apertura sin restricciones a que nos obliga como lectores». Y confirma: «Hoy la poesía de Gamoneda ya es patrimonio de todos». El autor, nacido en Oviedo en 1931 pero residente en León desde que era un niño de dos años, durante mucho tiempo estuvo al frente de los servicios culturales de la Diputación y más tarde de la gerencia de la Fundación Sierra-Pambley. En 1960 publica su primer poemario, Sublevación inmóvil , y en 2004 reúne toda su poesía en Esta luz . Es premio Castilla y León de las Letras (1985), premio Nacional de Poesía (1988) y premio Reina Sofía de Poesía Norteamericana. Al final de Ávida vena escribe Antonio Gamoneda el texto Poesía, existencia, muerte , donde concluye que la poesía «existe porque sabemos que vamos a morir, y la poesía ha de ser, sobre todo ahora mismo, un lenguaje desesperado».