Diario de León

EL PULSO Y LA CRUZ

Una familia... bien avenida, por favor

Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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¡ANDA que llevamos una racha! Los primeros fríos suelen ir acompañados de lo que tradicionalmente es un «otoño caliente». Pues eso. Ya ven. Sin embargo, con la que está cayendo, uno tiene que armarse con la coraza de la paciencia, echarse al hombro los marrones -que en plural hay que contabilizarlos- y esmerarse por ofrecer a los lectores unas briznas de aire que, al menos, no lleven vocación de ser contaminantes ni de echar más leña al fuego. Comencemos por el día de mañana: es la Jornada de la Iglesia Diocesana. Es decir, el día en que se pone ante nosotros una realidad que no siempre forma parte de nuestros esquemas mentales y cordiales. Tenemos los católicos bastante claro el hecho de nuestra pertenencia a la Iglesia Universal, «cuya cabeza visible es el Papa», que decía el viejo catecismo del P. Astete. Y tenemos también claro (relativamente en muchos de los ciudadanos de las urbes grandes) nuestra adscripción a una parroquia determinada. Lo que ya no circula con tanta fluidez por las autopistas de nuestras entrañas es el hecho de nuestra inserción en un conglomerado de parroquias que juntas forman la diócesis, que otros llaman «Iglesia particular», presidida y servida por un Obispo. Ahí, en ese estadio intermedio, nos perdemos un poco. O un mucho, si hacemos caso a algunos de los acontecimientos últimos que traen de cabeza a nuestros Prelados. Por esa frialdad hacia la diócesis se ha querido este año, en la Campaña de estos días, subrayar el calor afectivo de la realidad, comparándolo con una familia. «Tu familia, dice el lema, es una pequeña Iglesia. Tu Iglesia es una gran familia». De eso se trata, de sentirnos como en casa, para bien y para mal. Alegrarnos con los que se alegran y llorar con los que lloran. Y por eso aparece la aplicación evidente: «Participa», así, en imperativo, puesto que de una familia se trata. Decía Romano Guardini, que fue un gran teólogo del siglo XX, que «nadie puede decir que ama a la Iglesia, si no ama a «su» Iglesia». Así de claro. De la misma forma que tú necesitas a tu familia, la Iglesia te necesita a ti y a los tuyos. Ellos te apoyan y necesitan tu apoyo. Lo mismo que tu Iglesia diocesana, que es la cercanía del amor maternal que toda la comunidad cristiana debe tener hacia sus miembros. Algo deficitarios debemos estar en este terreno cuando tenemos algunos frentes lamentablemente abiertos, como son los contenciosos de Laguna de Negrillos y de Moscas del Páramo. A ver si Dios nos echa una mano y vuelven la concordia y el buen hacer. Supuesta la buena voluntad de todos, que no creo sea demasiado suponer. Por si acaso, que Santa Rita de Casia y San Judas Tadeo estén atentos a esta causa. Si lo que falta es una vela encendida, servidor está dispuesto a poner dos. Y como quien firma, seguro que miles de personas. ¡No más tensiones, por favor! Parafraseando a San Pablo, en nombre de Dios dejaos reconciliar. Vale que no todo el monte es acedera. Veámoslo con ejemplos. Hoy mismo cumpliría cien años el P. Segundo Llorente, el misionero de Alaska por antonomasia. Nació en Mansilla Mayor y pasó por el Seminario de León, se hizo jesuita y entregó cuarenta años de su vida a evangelizar a la población esquimal, a la que representó en el Senado de los Estados Unidos. En 1989 murió en olor de santidad en Spokane (USA), donde se dedicó a atender a la población hispana en los últimos años de su vida. En estos días hemos conocido la concesión a don Antonio Viñayo de la medalla de oro de la provincia y al Hno.Tomás (no necesita apellidos) una placa de plata en nombre de la Diputación por sus méritos a favor de la cultura y del deporte leonés. Ciento cincuenta años cumplen entre nosotros las Conferencias de San Vicente de Paúl; son muchos años en que, días tras día, han sido el brazo largo de la caridad cristiana con niños y mayores. Por el centenario anda el Instituto Catequista Dolores Sopeña, que hasta ahora han mantenido la labor admirable de OSCUS. Se me acaba el espacio. Sólo añadir que desde el lunes comienza el ciclo de «Música en el recuerdo» para festejar los 400 años del Seminario de León.

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