Científicos y militares españoles preparan la nueva campaña antártica
Un total de once militares y cinco investigadores españoles han iniciado la vigésima edición de la Campaña Antártica, que se prolongará hasta el próximo mes de marzo. La misión coincide en el año 2007 con la celebración del Año Polar Internacional con el que se espera tener mayor conocimiento en áreas clave como el planeta, el terreno, el océano, el hielo, la atmósfera, el espacio, la población y la enseñanza y divulgación. Durante estos cuatro meses, trabajarán en la Base Antártica «Gabriel de Castilla», ubicada en la isla Decepción, desarrollando distintos proyectos de investigación. Los que llevará a cabo el ejército abarcarán aspectos como el fomento de la red digital local, el desarrollo de sistemas de localización de personal en el glaciar o los relacionados con el vestuario, la montaña o la sanidad. Así, se investigarán las variaciones del tejido Gore-Tex, muy utilizado por los montañeros por su resistencia a temperaturas extremas que, además de no envejecer, es impermeable y cortavientos. Realizarán también mediciones de la conductividad eléctrica de la nieve con el fin de optimizar el uso de los aparatos de rescate de víctimas en avalanchas. Los civiles, por su parte, llevarán a cabo seis estudios propios y uno en colaboración con colegas de otros países. Destaca, por ejemplo, la investigación destinada a analizar la presencia de agentes infecciosos y parasitarios en las focas y lobos marinos, para lo cual deberán capturar y tomar muestras de sangre, heces y piel con el fin de determinar la influencia del cambio climático sobre estas especies y hasta donde llega el impacto del turismo en esa parte del planeta. La colaboración entre civiles y militares es tan estrecha que estos últimos se han entrenado en el Oceanográfico de Valencia para aprender a capturar estos mamíferos marinos. Se llevará a cabo, además, un estudio para determinar los efectos del cambio climático en tres especies de pingüinos que viven en la isla Decepción, donde se llegan a concentrar más de 120.000 ejemplares, ya que son muy sensibles antes pequeños cambios medioambientales. Los expedicionarios se han trasladado con el equipo y maquinaria necesarios para que una vez concluida la misión no quede en la zona rastro de su presencia, salvo las instalaciones de la base. Para evitar dejar residuos de cualquier tipo, parte de ellos serán llevados a Argentina en contenedores, aunque la mayoría serán gestionados in situ, ya que disponen de una incineradora y una compactadota de basuras que facilitan el respeto al entorno.