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Ayudará a aclarar algunas de las preguntas fundamentales sobre la materia y el tiempo

El acelerador ILC desvelará el enigma del origen del Universo

400 científicos se han reunido en Valencia para debatir los detalles técnicos

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M. M. Aller - león
León

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Después de varios años de estudios paralelos desarrollados en EEUU, Japón y Europa, Valencia ha acogido una reunión internacional en la que han participado más de 400 científicos que ha tenido como objetivo elaborar un borrador definitivo del proyecto del Colisionador Lineal de Electrones y Positrones (ILC, por sus siglas en ingles), la nueva generación de aceleradores de partículas. Se trata de un megaproyecto con el que se pretende alcanzar una envergadura similar a la del reactor ITER de fusión nuclear que se construirá en Francia. El encuentro estuvo organizado por el Instituto de Física Corpuscular, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Valencia, cuyo director, Juan Fuster, ha indicado que «los productos de las colisiones entre electrones y positrones que se producirán en el nuevo acelerador darán respuesta a las múltiples cuestiones que surgen en torno a los trabajos sobre la superación de la Teoría Estándar de Partículas, elaborada en la década 1970-1980». Además, permitirá nuevas averiguaciones sobre la identidad de la materia oscura del Universo, explorando la gravedad cuántica y dimensiones espaciales adicionales. Fuster destacó que es la primera vez que se deciden en España las bases de un proyecto de interés mundial que revolucionará la Física de Partículas. Entre los asistentes destacaron los directores de los principales laboratorios internacionales de Física de Partículas, así como representantes de algunas de las agencias más importantes que se encargaron de revisar las distintas opciones de diseño y las alternativas más económicas para la reducción de costes. Aceleradores lineares En Valencia se ultimaron los detalles del borrador del proyecto ILC con el profesor Barry Barish, director de Global Design Effort (GDE), un equipo internacional compuesto por más de 60 científicos e ingenieros que se encarga de fijar el diseño y las prioridades para la construcción del nuevo colisionador. La misión del GDE es producir un diseño para el ILC que incluye un concepto detallado, evaluación de su funcionamiento, un plan de industrialización, una evaluación del emplazamiento, así como su presupuesto aproximado, que será estudiado por los países que colaboran en el proyecto para determinar la medida en que participarán en él. El futuro ILC, cuya sede se decidirá en el año 2010 y su puesta en marcha se prevé para cinco años más tarde (junto a la del Gran Colisionador de Hadrones ubicado en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas de Ginebra), reside en que podrá llegar a aproximaciones hasta ahora desconocidas sobre la formación del Universo y aclarar algunas de las preguntas fundamentales sobre la materia y el tiempo, ya que su potencia permitirá a los científicos explorar nuevas regiones de energía que no alcanzan los aceleradores actuales. La nueva máquina estará compuesta por dos aceleradores lineares enfrentados, que lanzarán aproximadamente 10.000 millones de electrones contra sus antipartículas, los positrones, casi a la velocidad de luz. Las cavidades superconductoras del acelerador, que funcionan a temperaturas cercanas al cero absoluto (-273 grados), dan a las partículas cada vez más energía hasta que finalmente chocan en un ardiente fuego cruzado en el centro de la máquina. Su longitud será de 35 kilómetros y emitirá haces de partículas que chocarán 14.000 veces por segundo, con una energía que llegará a 500.000 millones de electronvoltios. La segunda fase del proyecto aspira a una ampliación de la máquina a 50 kilómetros de longitud y una energía que alcance el trillón de electronvoltios.

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