La pobreza en España se sitúa entre los menores de 16 años y los mayores de 65

Uno de cada cinco españoles es «pobre». No se trata de pobres de solemnidad, comparables a los desheredados del Tercer Mundo, pero sí pobres «relativos», gente normal y corriente que un mal día se descuelga de tren de la prosperidad y pasa a engrosar los registros oficiales de los necesitados. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este martes su Encuesta 2005 de Condiciones de Vida (ECV), el retrato anual de cómo y con qué cuentan los ciudadanos para llegar, o no, a fin de mes. De ella se deduce que los niveles de pobreza se mantienen a pesar del ritmo de crecimiento económico, que los mayores de 65 años y los menores de 16 son los grupos de población más expuestos a caer en la pobreza, y que ésta se ceba más en las mujeres que en los hombres. Es la segunda edición de la Encuesta que elabora el INE -su predecesor era el Panel de Hogares de la UE-, y los resultados no difieren mucho de los del año pasado. Entonces y ahora los pobres relativos - aquellos que no alcanzan el 60% de la renta media- son la quinta parte de la población total, 8 millones largos de personas, que no disfrutan del mismo nivel de bienestar que la mayoría de sus conciudadanos. De ellos, en torno al 3 ó 4% pueden considerarse 'pobres extremos' porque ni siquiera disponen de una cuarta parte de los 7.925 euros anuales (un 4,4% más que el año pasado) que ingresa de promedio cada español, según el INE. El reparto de la pobreza, como el de la riqueza, es desigual. Depende del tipo de hogar, del sexo, y la edad, que determina la situación laboral de una persona, influye en gran medida. Los mayores de 65 años se llevan la peor parte y casi un 30% vive por debajo del umbral de la pobreza, en especial las mujeres. El otro grupo de población más expuesto a la exclusión económica y social son los menores de 16 años, con un 24,2% de pobres, uno de cada cuatro. En este caso son más los chicos pobres que las chicas. El contingente de necesitados difiere mucho también en función del modelo de hogar. Los peor parados, los hogares donde un mayor vive solo; la mitad (47,3%) pueden considerarse 'pobres relativos'. Tampoco les va bien a los hogares monoparentales con al menos un hijo a cargo, especialmente si el cabeza de familia es una mujer; uno de cada tres (36,9%) vive con lo justo. Otra diferencia la marca la presencia o no de hijos. La tasa de pobreza en hogares con progenie es del 21,1%, uno de cada cinco; si no hay hijos, del 18,5%. Pobreza territorial El INE analiza asimismo su distribución territorial. Por lógica, hay más pobres en las CCAA de menor renta y a la inversa. Así, un 34,6% de los extremeños no alcanza ese 60% de la renta media. En Ceuta y Melilla hay un 33,8% de pobres estadísticos, seguidos de Castilla-La Mancha (29,6%), Canarias (28,5%) y Andalucía (27,7%). Las autonomías con menos porcentaje de población en precario son País vasco (9,5%), y Navarra (9,9%), Madrid (12%) y Cataluña (12,7%). El nivel educativo es otro factor relevante. Entre los adultos con estudios superiores -universitarios o formación profesional de alto nivel- sólo el 7,4% entra en la categoría de pobres, a la que pertenecen el 48,5% de los que dejaron los libros en primaria o en los cursos iniciales de secundaria. La interpretación de estos datos la daba Cáritas, que presentó 'Familia, infancia y privación social', una relectura de las estadísticas oficiales que arroja iguales resultados sobre el amplio porcentaje de la población excluida de la bonanza económica de los últimos años. La pobreza en España sigue siendo una de las más altas de la UE -de quince miembros- y, lo que es peor, se ha estancado en los últimos tres lustros; no crece pero ha dejado de reducirse, justo cuando más ha crecido la economía y más empleo se ha creado, explicó Luis Ayala, uno de los autores. La organización diocesana reclamó políticas sociales más efectivas y ayudas para los hogares más vulnerables, en especial en los que hay hijos menores de edad.