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CATEDRALES como la nuestra, aviejadas y arenándose sus piedras, sólo dan disgustos al presupuesto y pedradas al peatón que juega a la lotería de la gárgola con bastantes probabilidades de llevarse el gordo en la cresta y una esquela a cargo de la Junta. ¿No existe alguna eutanasia prescrita para los monumentos terminales que se empeñan en morir a pesar de las cataplasmas y entubamientos que piadosamente les proporcionamos?... Sostengo vieja teoría: por el mismo dinero que costará mantener en pie nuestra joya patrimonial, este emblema gótico francés, podría hacerse una réplica exacta y, así, al cabo de unos años tendríamos aquí dos catedrales iguales, algo inédito en el ancho mundo, un verdadero gancho para pillar de la oreja turismo de boca abierta y peregrinaciones de curiosos y donantes. Mientras, la catedral vieja seguiría en su declinación natural pidiendo solamente que la ayudáramos a bien morir, un lento y honroso despedirse de este mundo con la dignidad moribunda de los grandes cíclopes, bella y natural muerte dinosauria que se prolongaría aún por dos o tres siglos, de modo que esta ciudad ofrecería, por el mismo precio, el impagable y único espectáculo de ver una catedral conjugando su ruina y otra nueva levantándose en resurrección, reviviendo la vieja esperanza medieval. Anótense las ventajas de la propuesta: resucitaría aquel bullir medieval que enriqueció y universalizó a esta ciudad-pueblo que tiene boina de teja con la creación de talleres y fábricas de cantería, forja, vidrieras, tallistas, pintura... radicarían en esta ciudad expertos y artistas de media Europa... la otra media vendría a aprender y a tomar nota... no existiría en todo el mundo un campo temático del gótico de esta envergadura... chuparíamos fondos europeos con todo derecho y recreación... Elíjase al efecto emplazamiento de campanario -los altos de Las Lomas, ni pintados-, bien alta la nueva catedral hasta verse sus agujas de crestería calada desde Valladolid. Durante las dos o tres décadas que se prolongaran las obras (¿a qué más prisa que en construir los regadíos de Riaño?) León sería noticia y portada en todas las revistas mundiales de aquitectura, así como en los destinos de todo touroperador. Mola tener dos catedrales idénticas. No costaría más. Y disgustos, menos.