Medio Ambiente destina 370.000 euros para la adecuada gestión de las pilas
La Consejería de Medio Ambiente invertirá 370.200 euros en el periodo 2006-2007 para la adecuada gestión de las pilas usadas recogidas y almacenadas en sus instalaciones procedentes de la recogida selectiva. Para ello, ha firmado los correspondientes convenios de colaboración con los ayuntamientos de Ávila, Burgos, Aranda de Duero (Burgos), Miranda de Ebro (Burgos), León, Ponferrada (León), San Andrés de Rabanedo (León), Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid, Laguna de Duero (Valladolid) y Zamora, y con las diputaciones provinciales de Ávila, Burgos, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria y Zamora. El objetivo de esta iniciativa es garantizar una gestión adecuada de este tipo de residuos mediante su reciclado para recuperar el mercurio, cadmio, hierro y plata que contienen. Según se indica desde el departamento regional que dirige Carlos Fernández Carriedo, el Plan Regional de Residuos Urbanos y Residuos de Envases contempla la colaboración con los ayuntamientos, diputaciones y consorcios provinciales debido al elevado coste de gestión del residuo (0,60 euros por kilogramo) y el carácter peligroso de parte de las pilas (las denominadas pilas botón). El principal problema que presentan las pilas y acumuladores una vez que han agotado su vida útil es su eliminación. Si se acumulan en los vertederos, con el paso del tiempo pierden la carcasa y vierten su contenido, compuesto principalmente por metales pesados (mercurio, cadmio, plomo, zinc, manganeso, níquel), que se filtran y acaban contaminando el suelo y los acuíferos introduciéndose en la cadena alimentaria. Separar las pilas del resto de los residuos y llevarlas a los contenedores especiales, cada vez más abundantes en organismos, comercios y hasta en la propia calle, es imprescindible para una correcta gestión. Una vez recogidas, son transportadas a una planta de reciclaje donde se separan los metales y el resto de materiales. Las pilas son trituradas (excepto las de botón) e introducidas posteriormente en un destilador que permite separar el mercurio obteniéndose una pureza del 95%. De la trituración se obtiene escoria férrica y no férrica, papel, plástico y polvo de pila. Este último sigue distintos procesos para recuperar los metales que contiene.