Diario de León

Annan lamenta que la pobreza no se vea aún como un problema claro de derechos humanos

El 80% de los 20 países más pobres ha sufrido una guerra desde 1990

El Día Mundial de los Derechos Humanos se centra hoy en la lucha contra la miseria

Una niña se lava las manos en un charco, una de las principales fuentes de enfermedades

Una niña se lava las manos en un charco, una de las principales fuentes de enfermedades

Publicado por
Manu Mediavilla - madrid
León

Creado:

Actualizado:

Las cifras de la pobreza (2.600 millones de personas malviven con menos de dos dólares al día) y de sus muertes asociadas (35.000 diarias por hambre y enfermedades evitables) empiezan a estar gastadas de tanto atravesar oídos sordos y perderse en la ausencia de voluntad política. Por eso en este domingo, Día de los Derechos Humanos, resuena la advertencia de Louise Arbour, la alta comisionada de Naciones Unidas en ese ámbito: «Hoy en día la pobreza prevalece como el mayor reto de derechos humanos del mundo». El lema de la jornada, La lucha contra la pobreza: obligación, no caridad , no deja lugar a dudas. Como remarca Arbour, combatir la miseria, las privaciones y la exclusión «no es una cuestión de caridad y no depende de lo rico que sea un país»; se trata de «una exigencia de derechos humanos», y su erradicación es «un objetivo que puede lograrse». Pero aunque «el mundo ha visto en los últimos 60 años más avances contra la pobreza y más progreso para los niños que en los 500 anteriores» (lo recuerda la directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Ann Veneman, al cumplirse el 60º aniversario de Unicef), la meta permanece aún muy lejos. Más que falta de ingresos Entre otras cosas, apunta el secretario general de la ONU, Kofi Annan, porque «todavía es raro que la pobreza se vea a través de la lente de los derechos humanos». Con demasiada frecuencia, se lamenta, «se percibe como algo trágico pero inevitable, incluso como responsabilidad de quienes la sufren». Y esta perspectiva está absolutamente desenfocada: «La realidad es diferente», advierte Annan, que cita entre los factores que han caracterizado siempre a la miseria «la discriminación, el acceso desigual a los recursos y la estigmatización social y cultural» y que remacha que tales «factores tienen otro nombre: denegación de los derechos humanos y la dignidad humana». Desde el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la pobreza se ve como «algo más que la falta de ingresos». Medida sólo así, la miseria se ha reducido en los últimos 25 años, pero -advierte la ONU- «la desigualdad mundial permanece a niveles extraordinariamente altos dentro de los países y entre ellos». Y la explicación está en otros elementos: falta de equidad; dificultades de acceso a la educación, la sanidad y una vivienda digna; mayor vulnerabilidad a la violencia y al delito; problemas para acceder a la justicia; exclusión del proceso político y de la vida comunitaria. La pobreza es el resultado de múltiples marginaciones económicas, sociales y políticas, y hay «modalidades arraigadas de discriminación que sentencian a los individuos, las comunidades y los pueblos a generaciones de pobreza». No es casualidad que el 80% de los 20 países más pobres hayan protagonizado una guerra de importancia en los últimos 15 años, con su factura posbélica.

tracking