Unicef asegura que la igualdad de género beneficia directamente a los pequeños

La igualdad de la mujer en el hogar, en el trabajo y en la esfera pública son una garantía de bienestar para los niños. Lo dice Unicef en el informe 2007 sobre el «Estado mundial de la infancia». En su sexagésimo aniversario, la organización destaca el «doble dividendo» que rinde a cualquier sociedad la plena emancipación de sus mujeres, en beneficio propio, del conjunto del país y en especial de los más pequeños. El bálsamo de la igualdad «Cuando las mujeres tienen el poder de liderar sus vidas plenamente y de forma productiva, los niños y las familias prosperan», recalcó ayer su directora ejecutiva, Ann Veneman, en el lanzamiento mundial del informe. «La mujer y la infancia» ofrece datos clarificadores que avalan este llamamiento a favor de la igualdad como receta segura para reducir la pobreza y la marginación social en el mundo. El hogar es el primer frente de batalla. En los países en vías de desarrollo las tradiciones y las leyes se conjuran contra las mujeres; matrimonios tempranos, dificultades de acceso a la educación y a la tenencia de bienes y medios de producción hacen de las mujeres seres de segunda e hipotecan el futuro de sus hijos. Estudios internacionales demuestran que en situaciones de escasez las mujeres dan prioridad a la nutrición de sus hijos e hijas frente a otros gastos familiares. En Camerún, en los hogares que encabezan, las mujeres dedican el 74% de sus ingresos a alimentar a su prole; los hombres, un 22%. Para Consuelo Crespo, presidenta del comité español de Unicef, «todas las políticas destinadas a aumentar la autonomía de la mujer benefician a los niños, reducen la mortalidad entre ellos, mejoran su alimentación y su salud, y frenan la propagación del Sida», entre otras ventajas.