Cerrar

| Crónica | Lo que dicen los guardias |

«Todos dicen que han tomado una sola caña»

Publicado por
s.c. | redacción
León

Creado:

Actualizado:

Ser agente de la Guardia Civil de Tráfico da mil anécdotas sobre el comportamiento de los conductores ante un control de alcoholemia. Y la conclusión a la que se llega es que «todo el mundo miente», según explicaba ayer un agente de la DGT. Da lo mismo que sea en el entorno de una ciudad o entre localidades pequeñas, porque las escenas son prácticamente las mismas: «Los hay que te dicen que sólo ha tomado un caña y después dan 0,4», tanto como un copazo de coñac; otros, los que saben perfectamente que saltarán todos los límites, intentan que no se les haga el control. Obviamente, esos son precisamente los que no lo consiguen. Las trampas son consustanciales a las infracciones, y por eso los agentes de la Guardia Civil saben que ante un espectacular control en mitad de la noche, muchos cambian el asiento con la novia para evitar la multa. «Sabemos que lo acaban de hacer, pero no lo podemos demostrar», corrobora un policía local, aunque a veces la justicia llega por donde menos se espera: «Una vez iban varios en un coche -cuenta un agente- y conducía una chica. Le hicimos la prueba y dio positivo. El copiloto, que era su novio, dio negativo, y nos pidió que hiciésemos como que conducía él». Otras veces, la trampa viene en forma de oteador: uno que va de primero y con el móvil avisa si hay control: «Nosotros nos damos cuenta porque apenas hay tráfico en una zona y una hora que debería haberlo, y cambiamos el dispositivo de lugar», explica otro guardia. Policías y guardias civiles tienen claro que los bebedores que dan 1,2 en el alcoholímetro son escasos, pero peligrosos: «Suele tratarse de alcohólicos que no dejan de beber», apunta un policía. Lo normal es hallar conductores con tasas de 0,2 a 0,6. Además, hay unas pautas: «Los miércoles y jueves dan positivo muchos jóvenes a las afueras de las ciudades porque no esperan los controles, beben y van sin las novias; un viernes a las ocho de la noche, se trata de cuarentones que salen de trabajar y se toman unas cañas; y el fin de semana, son jóvenes de marcha», resumen.