Cerrar
Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

Creado:

Actualizado:

PARECE SER QUE AL FIN los organismos superiores, que son aquellos de los cuales depende la formación del ciudadano, dentro de unas líneas programáticas de eficacia, de urbanidad y de conocimiento, se han dado cuenta de que el más grave o de los que más problemas acarrean no son ni siquiera los que emanan de las Asambleas eclesiales, en las cuales se examinan los pecados capitales de la Sociedad, sin que nadie, sino los señores obispos, intervengan; pues digo y repito que como al parecer las autoridades, los poderes y las conjunciones operativas de la Sociedad se han dado cuenta de que el verdadero problema de España, está en la Escuela, en la formación, en la disciplina y en el concepto cívico que a cada grupo social le corresponde aceptar de la ética, se ha decidido proclamar el Día del Profesor. Una parte díscola e impresentable de la Sociedad anda a la greña con la llamada Caza del Profesor, lo que también se considera alarma y violencia escolar, que no es sino demostración de degradación de la especie, precisamente en aquello que más duele. Los alumnos, los discípulos, los hijos, acosan y agreden a los profesores, a los padres y al resto de la gran familia humana que les rodea. Y el Estado no acierta a entender el fenómeno, ni por qué se produce, ni por tanto cuales pudieran ser los medios de corrección. Porque una Sociedad de analfabetos brutales o de niños insurgentes y pijos, es una sociedad maltrecha y perdida para el futuro e insufrible para el presente. León, esta tierra nuestra electoral que anda apretada de preocupaciones graves, gravísimas, como pueden ser el futuro incierto de la Cultural y Deportiva Leonesa, o la seguridad de la espadaña del templo destinado a la formación de catequistas seglares, León, digo, ha sido siempre y lo es en la actualidad, aunque con distinto ritmo y música entrecortada, tierra que ha contado para su formación seglar con buenos profesores. En la medida que puede abarcar mi memoria, recuerdo perfectamente aquellos colegios públicos servidos por maestros religiosos y seglares, de los cuales salieron las mejores y más activas generaciones de ciudadanos. Las Escuelas de Blanco, de Pinto, de Fanjul, de los Maristas y de los Agustinos, entre algunas de las que merecen ser recordadas, acogieron masas ingentes de enseñados y de enseñantes y dejaron, los unos y los otros, señal clase de su sentido de la responsabilidad, de la disciplina respetuosa y de la eficacia formativa. Y no digamos que de estos profesores y de estos Colegios salieran genios, pero tampoco lo contrario. Y este contrario es el que se manifiesta hora: Los chicos y las chicas acuden a la cita educativa de mala gana y con espíritu levantisco, considerando al profesor, como un subalterno a su disposición para satisfacer sus caprichos. Los alumnos acosan y agreden a sus profesores y los padres de estos ferocísimos animalitos aceptan la situación como si se tratara de un fenómeno meteorológico, que tuviera sus momentos de gravedad con el ritmo de las tormentas. Ha llegado el momento de elegir: O los profesores responsables y respetados, o nada, nada...

Cargando contenidos...