Tendrá cualificación y conocimientos científicos y ayudará a generar empleo rural
Medio Ambiente creará la figura del «especialista en predadores» Elaborar las directrices para la homologación
La Comunidad tendrá un modelo homologado para capturar depredadores de forma incruenta
Castilla y León será el primer territorio de la UE en implantar un proceso de homologación de sistemas de control de predadores a través de métodos no cruentos que cumplan con la normativa internacional y las recogidas en las Directivas Aves y Hábitat. Así lo ha explicado durante la presentación del proyecto el consejero de Medio Ambiente, Carlos Fernández Carriedo, quien estuvo acompañado por Miguel Aymerich, subdirector general de Vida Silvestre del Ministerio de Medio Ambiente, y por John Shivik, director de la National Wildlife Research Center (NWRC) de Logan (Utah, EEUU). Las provincias de León, Segovia y Soria han sido escenario de los trabajos con los que se pretende mejorar la biodiversidad de cotos de caza, zonas cinegéticas controladas y espacios naturales. Los enclaves escogidos, gestionados por la Consejería de Medio Ambiente, corresponden a las Reservas Regionales de Caza de Riaño y Mampodre (León), la Zona de Caza Controlada de las Estribaciones de la Sierra de Guadarrama (Segovia), así como a la Reserva Regional de Caza de Urbión y la Zona de Caza Controlada de Las Fuentes de Velasco (Soria). Según Fernández Carriedo, el proyecto se enmarca en las estrategias para la conservación de águila imperial, lince ibérico y oso pardo, y «el objetivo es triple porque se pretende el control selectivo de especies como el zorro o el lobo, cuya gestión debe realizarse en vivo; acabar con el uso indiscriminado de venenos que perjudican no sólo a las especies objeto del estudio sino también a otras como las aves, y desarrollar la figura del especialista en predadores, que ya contempla la Ley de Caza de Castilla y León, y que ayudará a crear empleo en el mundo rural». El zorro fue el elegido En la actualidad, varios organismos e instituciones (fundamentalmente de EEUU y Canadá) tienen programas de investigación y desarrollo de trampas selectivas, eficaces, seguras y no crueles, conforme a las normas internacionales. El más importante se realiza por el NWRC, en colaboración con la Universidad de Utah, en el que se intenta conjugar los conocimientos tanto tradicionales como científicos con las nuevas tecnologías para el diseño de trampas eficaces que mejoren el bienestar de los animales capturados y reduzcan al mínimo la captura de animales no objetivo. Asimismo, se evalúan los útiles de trampeo de acuerdo con los test de las normas internacionales de captura no cruel, lo que ha permitido certificar varias trampas que son conformes a estas normas (y a las del bienestar animal incluidas en las normas ISO). Las trampas han sido testadas para especies depredadoras de Norteamérica (martas, castores, mapaches, coyotes), y tras recibir la autorización de su uso en España, se han realizado ensayos de campo, en emplazamientos representativos de nuestro entorno y con nuestras especies, con el fin de certificar que también aquí esas trampas son conformes a las exigencias de las normas internacionales. Se eligió al zorro, especie que en España vive en todos los ambientes y hábitats, porque, según el consejero «causa dos tipos de problemas en relación con los espacios naturales. El primero, sobre la biodiversidad, al ser predador de especies de alto valor ecológico como el urogallo, las aves esteparias o el cernícalo primilla. En segundo lugar, por su efecto sobre la caza porque también es predador del conejo o la perdiz». Las trampas seleccionadas fueron del tipo de «retención» y según indicó John Shivik, «se trata de lazos que atrapan a los animales por una de las patas y que cuentan con un tope para evitar hacerles daño». Miguel Aymerich, por su parte, afirmó que con este proyecto se pretende ver cómo se adaptan las trampas a nuestro país con el fin de dotar de métodos efectivos y selectivos a los gestores de las zonas de caza y a los de espacios de especial interés por su biodiversidad. Recordó, además, que «la experiencia realizada en Castilla y León aporta una base científica al programa de control de predadores y ayudará a eliminar otras prácticas dañinas para la caza y la biodiversidad». Las fases realizadas en el campo (experimentos con atrayentes olfativos y capturas) y el laboratorio (necropsias, análisis, evaluación de datos) han durado tres meses y generado gran cantidad de datos e información sobre las capturas, selectividad, eficacia y seguridad de los aparatos, así como algunas interesantes novedades sobre la metodología y los dispositivos, que garantizan el éxito de los métodos evaluados. Con todo ello se dispone de la base técnica y científica para elaborar las directrices para su homologación, y poner en valor la profesión de lacero, tradicional en el medio rural, que hasta ahora se realiza sin cualificación ni métodos científicos. El personal implicado en el proyecto pertenece a la guardería de la Consejería de Medio Ambiente, por su conocimiento de la especie objetivo y estar familiarizados con las zonas objeto de estudio. Veterinarios responsables de Centros de Recuperación de Animales Salvajes colaboraron en el examen de los cuerpos de los animales capturados, relacionando las lesiones externas observadas. El Departamento de Patología Animal-Medicina Animal de la Universidad de León realizó las correspondientes necropsias con el fin de evaluar las posibles lesiones internas. Al frente del programa estuvieron el jefe de Servicio de Caza y Pesca de la Consejería de Medio Ambiente y el de Especies Amenazadas del Ministerio de Medio Ambiente, así como un director científico de la universidad de Utah.