Novela de trotamundos

El terracampino Jesús Torbado es, según él mismo dice, nuestro autor menos apegado al terruño, con mayor vocación universalista, el más viajero; casi mejor, el más aventurero, dicho sea esto en un sentido muy amplio, abierto y heterodoxo. Mañana, Diario de León entrega una obra en la que queda de manifiesto la multiplicidad y variedad de temas, argumentos y personajes del universo literario de Torbado, así como los insospechados paisajes en los que sitúa sus narraciones: de Cuba salta a Marruecos, de Tailandia vuela a Colombia en un simple aleteo de páginas: es El inspector de vírgenes y otras pérdidas , que este periódico ofrece mañana al simbólico precio de 1,50 euros. Con presentación de Bernardino González Pérez, este libro vio la luz en 1991, después de que Jesús Torbado ganara premios tan reseñables como el Alfaguara de 1965 con su primera novela, Las corrupciones ; el Planeta de 1976 por En el día de hoy; o el Mariano de Cavia en 1981 al conjunto de su labor periodística. También es premio Ateneo de Sevilla por aquella novela jacobea tan leída, El peregrino (1993) y premio Antonio Machado de narraciones breves en 1989. Bernardino González escribe a propósito de El inspector de vírgenes y otras pérdidas : «El ser humano suele verse obligado a elegir y esa elección, no siempre acertada, puede dar lugar a frustraciones por haber elegido un camino equivocado o porque la posibilidad de elección llega demasiado tarde. Son las pérdidas: de la amistad, de la autoestima, de un futuro coherente, de la libertad... seres individuales, a veces animales humanizados, buscan su propia identidad, con frecuencia en contraste con el medio que los rodea y en los países más diversos...» A modo de ejemplo, y para ilustrar un poco el espíritu de los relatos incluidos en este volumen, baste citar los fascinantes títulos de algunos de esos mismos relatos: La novia perdida , Carta con información sobre un vestido , Besos de Vietnam , Kumari , Vicecónsul en La Habana , El fin del rey de los Yungas , Nuthnapá ... referencia de maravillosas y lejanas tierras en las que se celebran insospechados encuentros, se entablan lúcidos diálogos y se da cuenta de pequeños pero enormemente representativos detalles. Ironía, humor, aceptación o lucha contra el destino, ternura, erotismo, son sólo algunas de las notas que caracterizan las narraciones de El inspector de vírgenes . O también el encabezamiento de alguna de ellas, pongamos por caso ésta última, la que da nombre a todo el libro: «La verdad es que soy un tipo muy guapo, sobre todo entre el ombligo y las rodillas. También soy bastante guapo por dentro, o sea de carácter, aunque esto no puedo demostrarlo con tanta urgencia». Viajero impenitente, reportero, novelista, ensayista, guionista de cine y televisión... con ustedes, Jesús Torbado.