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| Análisis | Investigación en León |

Nuestros mayores relatan en un libro las experiencias de su vida

Se trata de una curiosa publicación de la Universidad de León en la que se recogen auténticos relatos de vida realizados por alumnos de la Universidad de la Experiencia

Publicado por
M. A. Carretero - león
León

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Desde su creación en 1994, la Universidad de la Experiencia constituye un punto de referencia en la formación de las personas mayores en León, siendo muchas las actividades culturales que ha venido desarrollando a lo largo de estos años bajo la dirección del doctor Prisciliano Cordero del Castillo, profesor del Departamento de Filosofía y Ciencias de la Educación. Una de ellas es el libro «La experiencia de vivir», editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de León y coordinado por el profesor del Departamento de Didáctica, Miguel Ángel Carretero. La publicación recoge algunas de las múltiples y variadas experiencias vitales escritas por los alumnos del curso 2003-2004 de la Universidad de la Experiencia de León. Se trata de verdaderos relatos de vida, que reflejan vivencias reales, y que permiten recordar a los mayores y enseñar a los más jóvenes cómo era la España de hace muchos años, con sus miserias y sus grandezas y, sobre todo, cómo la condición humana es capaz de superar enormes dificultades que hoy, a la luz de un mundo tecnificado y moderno, aparecen como paradójicas o al menos sorprendentes. Los temas tratados por los autores son enormemente variados, pero tremendamente significativos. Experiencias de vida Sobre las experiencias que producen el vivir escriben Carmen Muñoz Alonso, Claudina Díez del Blanco y Joaquín García Cañas. Entre esas experiencias se encuentra la emigración, relatada por Manuel Ramón Moreda con su escrito titulado «Experiencia de un emigrante», y por Pancho Navarrete con «Mi primer viaje». Sobre las consecuencias de una guerra fratricida acaecida entre españoles hace ya setenta años, lo hace Eladio Martínez Robles. También se relatan en el libro antiguas costumbres de vida en España, y concretamente el León, contadas por Ángeles Álvarez Rey, Chorina Berjón Díaz y María G. G. Otra autora como Trini de Soto Álvarez nos recuerda sus experiencias en «Un día en Armunia»; María Luisa Uribarria López nos habla sobre su lugar de nacimiento, Cantabria; Amapola relata su infancia en los «Recuerdos de mi infancia», y Vicente Lisalde Pérez lo hace sobre sus años de infancia y adolescencia en «Nostalgias de mi juventud». Se encuentran relatos enormemente humanos que describen una enorme resolución ante las dificultades de la vida, como el de Maria Concepción González Castañón, titulado «Yo superé el cáncer» o el de Purificación Gonzalo en «Jesucristo SuperStar», en el que describe cómo un acontecimiento externo puede suscitar sensaciones extraordinarias en el interior de las personas. Igualmente se relatan experiencias cotidianas y curiosas como las reflejadas en «El bien que se devolvió», de Petra González Suárez, «El atracador burlado» de Francisco Cabero Fernández, y «¡Menuda experiencia!» de Mari Carmen Purificación Álvarez Rodríguez. Los autores también relatan sucesos sorprendentes y fantásticos como los que describe María Borlán en «Grenoble», María Lourdes Villar Rodríguez en «La perra que fue a Cuenca», o A. Fco. Santos en «Luces en el camino». Por último, y bajo el título «Autobiografía de Vita», Guadalupe Miguélez Arias, conocida como Vita, hace un repaso de su vida concluyendo con un espléndido poema en el que da gracias a Dios por haber llegado hasta ahora, con su memoria y sus olvidos. Son todos ellos pues, verdaderos relatos de vida, plasmados en el papel por sus protagonistas, y que precisamente por eso tienen un doble mérito. En primer lugar, porque son vivencias reales, experimentadas de manera única por sus autores, de las que nos hacen partícipes mediante su relato escrito en un procesador de textos informático sin apenas ayuda, y en segundo lugar porque han sido redactadas por alumnos de la Universidad de la Experiencia, alumnos que a pesar de sus años son capaces de continuar asistiendo entusiasmados a centros universitarios de formación para seguir formulándose preguntas y continuar aprendiendo sobre lo que significa la experiencia de vivir. Aprender a vivir Cuando las personas que vivimos ya en el siglo XXI escuchamos o leemos estas vivencias, no dejamos de asombrarnos de la enorme dureza en la que nuestros antecesores tuvieron que desenvolverse durante sus años de juventud y madurez. A la precariedad del prolongado subdesarrollo español se sumó una Guerra Civil y sus desastrosas consecuencias, pero sin el permanente ánimo para salir adelante, estas personas, simplemente, no habrían sobrevivido. Detrás de todas estas historias, en las que se relatan acontecimientos únicos, resulta fácil vislumbrar un ser humano confiado y esperanzado en lo único que tiene: la vida. Al lector mayor le harán recordar muchas vivencias de su juventud y madurez, y de acuerdo con las condiciones de vida actual, se asombrará de la forma en que este país y sus habitantes han evolucionado a lo largo de los años. Al lector joven, algunos de estos relatos pueden parecerles enormemente dramáticos, otros les resultarán tiernos y algunos hasta un poco ingenuos, pero sin duda, obtendrá un punto de referencia, -uno más- de su pasado cercano para llegar a comprender el entorno histórico y social del que proviene. La España de antes no era como la de ahora, han cambiado mucho los valores y las situaciones que acontecen en la vida cotidiana, así como los medios para afrontarlas, pero precisamente por eso, estas historias relatadas por los alumnos de la Universidad de la Experiencia contribuyen a que recordemos y entendamos de dónde venimos y podamos relativizar todo lo que hoy consideramos como esencial, y así lograr centrarnos en lo único que sin duda lo es: las enormes e insospechadas posibilidades de aprendizaje que continuamente nos propone la vida.

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