OPINIÓN
Seguimos sin ser capaces
PASAN LOS AÑOS y cada vez tengo la sensación más intensa de repetirme. Y es que cada vez acuciamos más a nuestros jóvenes investigadores a que realicen una estancia en un centro investigador de otro país, les ponemos unas, relativas, facilidades económicas y prácticas para que puedan irse -afortunadamente, a diferencia de lo que ocurría hace algunas décadas- y tratamos de hacerles ver que este hecho se les va a reconocer de una u otra manera. Pero, ¿porqué un investigador puede estar realizando una tarea de primera línea mundial en otro país después de haberse formado básicamente en el nuestro? La respuesta más simple, aunque -ciertamente- no del todo completa, es sencilla: porque esa misma investigación no la puede realizar en España. Cada vez se considera más y mejor en los curricula científicos las estancias en otros países, pero, aunque parezca una simpleza preguntarlo, ¿por qué?. La respuesta también es sencilla: porque todavía tenemos mucho que aprender de esos países más avanzados que nosotros, mucho más avanzados. Por eso valoramos a aquellos que han ido a aprender a esos centros más importantes o más punteros, tratamos de reconocérselo y así lo hacemos saber. Pero una vez incentivado hasta la saciedad esa salida al extranjero y una vez el investigador español comienza a desarrollar una tarea de más alto nivel viene la segunda parte. Y es que lo inteligente debería de ser que fuéramos capaces de aprovecharnos de la formación recibida en centros de excelencia extranjeros para que ésta revertiera en España, reincorporando a esos investigadores a nuestro sistema de I+D+i o, como he escrito en alguna ocasión, al sistema I+D+i+t (añadiendo la t de transferencia de todo lo anterior al sistema productivo o a la sociedad en términos generales). Y aquí es donde da la impresión de que seguimos sin ser capaces de conseguirlo. Algo falla en la ratio de investigadores por habitante, en lo que se destina a investigación, en lo que destinan las empresas, en el relevo generacional en las universidades y centros de investigación, en la incorporación de jóvenes investigadores y un largo etcétera. Ojalá algún día deje de ser noticia que los investigadores jóvenes en el extranjero se reúnen en España para ver cómo están las cosas, ojalá algún día deje de ser un mérito la estancia en el extranjero porque España se convierta en receptora de investigadores de otros países (me refiero a países y centros de procedencia de cierto nivel) (obviamente, tengo que aclarar que hay excepciones, a veces relativamente numerosas, pero escribo esto para la generalidad) y no podamos permitirnos ni un mes de pérdida de productividad de nuestros investigadores en otros países. Pero todo eso pasa primero por encontrar una salida digna al regreso de nuestros emigrantes de lujo.