Diario de León

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PENA propia y vergüenza ajena de gran formato es lo que causa no poco de lo que se está viendo, diciendo u oyendo tras el zambombazo etarra de felicitación navideña, la voladura de la razón, este dinamitar los puentes. En tertulias, editoriales o mentideros se señala más a Zapatero como objetivo que a la bestialidad del asesino y descerebrado. Es pasión española convertir a la víctima en culpable, cargar la suerte en este caso sobre quien vio enterrada su ingenuidad bajo miles de toneladas de escombro, de esperanzas fulminadas; y tientan o señalan el morrillo del presidente, que es donde se espetan al morlaco los estoques y banderillas. Rejonazo al canto. ¿De verdad es lo que procede?... Zetapé lo tiene pardo, mucho. La mitad de este país de países se complace en la tragedia criminal de Barajas con un ya lo decía yo que les autoriza a la arremetida política, a la revancha pendiente; y ahí están los mensajitos del pásalo que comenzaron a circular pocas horas después del atentado. El más rebotado ha instalado una pintada en los móviles que reza «Zapatero, entraste por Atocha y saldrás por Barajas». El tufo pepero que rubrica esta iniciativa parece innegable. No puede desaprovecharse tan descomunal, sorprendente y bienvenida fatalidad. Es momento de réplica, se han dicho, de le venganza fría y soñada: que coman de su mismo rancho. Y por todo lugar de España se han reiterado caceroladas y huevadas ante sedes socialistas, crece un sembrar por doquier consignas y chistes cuyo ingenio reside en el culo, la insidia se excede en velocidad y hay cierta borrachera de mal ajeno. El árbol puede abatirse. Empecemos a hacerle astillas, dice la sorda y algo necia conjura. A por él. Leña al mono. Estupenda estrategia a fuer de cerril y demoledoraa. Mientras, en tabernas de tierra vasca, cárceles o en los zulos ideológicos donde atosiga el cerebro un batasuno adoctrinado se celebra ahora mismo el gatuperio nacional, la fractura cacareada del frente enemigo, el desconcierto de este histérico corral y el eterno «cada uno por su lado». El alarde etarra de chulería y desproporción ha puesto en la izquierdina aberchale una cara de golazo que insulta y provoca. Pero no van a cargarse al presidente del gobierno. Ese gusto y ese trabajo nos lo tomamos los españoles... Yo me deprimo. Y Eta agradece.

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