Diario de León

El dispositivo, de dos centímetros cuadrados, inyectará insulina automáticamente

Un sensor bajo la piel controlaráel nivel de azúcar a los diabéticos

Investigadores del CSIC participan en un proyecto en el que trabajan ocho países de la UE El dispositivo

Publicado por
R. Romar - redacción
León

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Un minúsculo dispositivo electrónico de apenas dos centímetros cuadrados revolucionará la calidad de vida de millones de enfermos de diabetes. Podrá implantarse por debajo de la piel y será capaz de controlar los niveles de glucosa de los pacientes, avisar al centro médico e incluso suministrar insu-lina de forma automática en caso de que se precise un tratamiento urgente. El proyecto, denominado Paul Cézanne , parte de un equipo multidisciplinar de investigadores europeos en los que participan quince instituciones de ocho paí-ses, entre ellas el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El presupuesto asciende a ca-torce millones de euros, la mayor parte financiados por la Unión Europea y el resto por empresas privadas, entre ellas electrónicas, como Phillips y Bosch. ¿Cómo funciona el sistema? La teoría es fácil, pero su desarrollo requiere una enorme complejidad. Primero hay que diseñar el microsensor encargado de detectar el nivel de azúcar en la sangre. El prototipo estará listo en seis meses y apenas será de un milímetro cuadrado. Luego se insertará en una cápsula de dos centímetros cuadrados, que será la que se implante en la piel del paciente, y en la que se instalará tanto el canal emisor de señales al exterior como la pila que alimentará el dispositivo. «Pretendemos desarrollar baterías que duren mucho tiempo, de un año como mínimo, aunque lo ideal sería que tuviesen entre año y medio y dos años de vida para no tener que realizar implantes continuos al paciente», explica Carlos Domínguez, profesor de investigación del Instituto de Microelectrónica del CSIC que participa en el proyecto comunitario. Este sensor óptico irá conectado de manera inalámbrica a un dispositivo portátil exterior, como un teléfono móvil o una PDA. El sensor envía cada cierto tiempo los niveles de glucosa al receptor, que los almacena y procesa para que los pacientes los puedan consultar cómodamente. El dispositivo también podrá alertar de una subida de azúcar y, en tiempo real, enviar las gráficas médicas al centro de salud del enfermo para que realice el tratamiento. Si el paciente sufre un desmayo se puede activar otra opción: conectar el dispositivo a una bomba de insulina, colocada en el cuerpo del enfermo, para que se active de forma automática en caso de necesidad y aportar la dosis que se necesite. «La dosis de insulina que suministra es más exacta que con el método de punción del dedo que se utiliza actualmente», explica Carlos Domínguez.

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