Corazón de la movida leonesa

Quién iba a decirles a aquellos guajes que comenzaron en grupos de barrio como Los Raros (en El Crucero), como Los Contrastes, como Resurrección, que acabarían por actuar en la plaza de toros de las Ventas de Madrid ante veinte mil personas, que sus discos iban a ser poco menos que objetos de culto y que su nombre iba a ser casi sinónimo de toda una época y de una manera de vivirla, la banda sonora de una generación... Pues así ocurrió con Los Cardiacos, una de las grandes bandas leonesas, grupo de referencia del panorama musical nacional en la década de los ochenta y a quienes está dedicada en exclusiva la quinta entrega de la gran colección La historia de la música moderna en León . Mañana, el Diario entregará el nuevo fascículo y el nuevo cedé, como todos los viernes, al precio de 3,95 euros. Los difíciles y nebulosos inicios en un León de tapia y ladrillo, los primeros conciertos, los primeros galardones (anticipo de los muchos que vendrían después), las fotografías más sorprendentes, los recortes de prensa más reveladores, los discos de referencia -las portadas las elaborarían gente como Manuel Jular o Miguel Ángel Martín- y, sobre todo, el ambiente social y musical en el que germinó, y que el sonido cardiaco se encargaría de revolucionar, todo ello está presente en el nuevo fascículo de este exhaustivo estudio realizado por José Antonio Martínez Reñones y Enrique Jiménez. Pero además, el cedé Los Cardiacos aceleran el ritmo incluye una excelente e inédita selección de las canciones más señeras de la banda: aquí están, cómo no, Salid de noche , Pepi Pop , Noches del Toisón , La lluvia del ayer ... su escucha remite a un mundo, a unos ambientes y a unas formas que difícilmente pueden describirse con palabras, de ello se encargan los acordes libres de todo prejuicio y tópico de Jiménez, Suárez, Macario, Pepe López, Antonio Segura... Pero en los textos también se lleva a cabo un completo recorrido por su producción discográfica, sus fases y sus músicos, sus conexiones con otras bandas emblemáticas de la época, y su legado final. Especialmente representativas resultan algunas críticas del momento, como la que se incluye en esta obra de Diego A. Manrique y en la que afirmaba cosas como la que siguen: «Evidentemente, Los Cardiacos no se hicieron ricos ni famosos, ni siquiera adquirieron carácter mítico. Pero les sobraron canciones brillantes, materializadas con nervio, defendidas con ceñudo orgullo. Su historia es un modelo de tesón y coherencia». Ahí queda eso.