Diario de León

El artista apuró hasta el final el periodo voluntario de entrada, que finalizaba esta misma semana

Farruquito ingresó en la cárcel tres años después del atropello

La juez le negó la posibilidad de cambiar los 36 meses de prisión por trabajos sociales

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efe | sevilla

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El bailador Juan Manuel Fernández Montoya Farruquito ingresó a las 17.17 horas de la tarde de ayer en el centro penitenciario de Sevilla II, tres años después de atropellar mortalmente a Benjamín Olalla en una calle de Sevilla. Farruquito fue condenado el pasado 5 septiembre por la Audiencia Provincial de Sevilla a dos años de cárcel por homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad en el tráfico, y a un año más por omisión del deber de socorro. La juez de Sevilla que dictaminó sobre el atropello mortal cometido por el bailaor, de 24 años, dictó el pasado 30 de octubre un auto en el que rechazó sustituir los tres años de cárcel por multa o trabajos comunitarios, ya que el procesado cometió un delito «grave» y «quebró las elementales normas de solidaridad humana» al darse a la fuga, según dicta el auto judicial. Escolta de doce familiares El bailaor José Manuel Fernández Montoya Farruquito llegó ayer a la prisión de Sevilla II en un exclusivo Audi A-8 negro, escoltado por dos coches en los que iban un grupo de unos diez o doce familiares que le acompañaron en su ingreso en prisión. Los coches que escoltaban el Audi en el que iba Farruquito se encargaron en el trayecto hasta la cárcel de no dejar que ningún vehículo se interpusiera en su camino para evitar que se rompiera el convoy. Una vez aparcados los vehículos en los aledaños de la prisión se bajaron todos, cogieron del maletero dos grandes bolsas de viaje y flanquearon a Farruquito hasta dentro de las dependencias de ingreso en la cárcel. Uno de los acompañantes del bailaor era su hermano Antonio, quien se autoinculpó como autor del atropello mortal que causó la muerte a Benjamín Olalla en una calle de Sevilla. Todos los acompañantes entraron por la puerta de visitas de la prisión y pasados unos diez minutos salieron y se marcharon en los coches sin querer hacer declaraciones a la prensa que se había congregado en las puertas de la cárcel. Al pasar Farruquito por las puertas de la prisión un pequeño grupo de funcionarios, que se encontraban en la garita enfrente de la de la puerta de visitas, aplaudió su entrada y los acompañantes del bailaor los miraron con malas caras. En la puerta de la prisión había además de muchos periodistas gráficos y algunos medios escritos, varias decenas de personas que esperaban en la parada del autobús, previsiblemente familiares de los presos de Sevilla II, que se interesaron por la presencia de los medios de comunicación y casi no identificaron al bailaor. Farruquito llegó ataviado con ropa deportiva de color claro y unas gafas oscuras y su aspecto era aparentemente tranquilo. La despedida de los familiares que le acompañaron, todos hombres, la realizó dentro de la prisión porque fuera evitaron muestras de afecto. La acusación, satisfecha El abogado de la viuda de Benjamín Olalla, José Manuel Rosendo, declaró ayer, tras conocer el ingreso en prisión de Farruquito , que «se ha hecho justicia» y «se ha demostrado que la ley se cumple» y que no hay «tratamientos especiales por ser famoso o rico». El abogado de María Angeles Madero, la viuda de Olalla, dijo que «Farruquito» ingresó voluntariamente en la prisión de Sevilla II y admitió que no sabía cuándo iba a entrar en la cárcel, dado que no había ninguna orden del juez para que ingresara en prisión.

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