Demuestran la relación entre las sinapsis y los procesos de aprendizaje y memoria
Una investigación realizada en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) y dirigida por José María Delgado, confirma la relación entre las sinapsis y los procesos de aprendizaje y memoria y supone, además, un importante avance en el conocimiento de los mecanismos cerebrales. Según se indica desde el Gabinete de Prensa de la citada universidad, en el estudio, publicado en la revista Journal of Neuroscience demuestra por vez primera en animales vivos (hasta ahora se realizaban mediante estudios histológicos o en preparaciones in vitro), que las sinapsis potencian la intensidad de sus contactos eléctricos durante el proceso mismo del aprendizaje, es decir en el momento en que algo se está aprendiendo. Asimismo, se ha demostrado que si se induce potenciación a largo plazo de manera experimental se perturba de tal manera la potenciación natural o fisiológica que es imposible aprender. Finalmente, y como cerrando el último eslabón de una cadena de conocimientos fragmentados, si se bloquea mediante productos químicos selectivos el receptor tipo NMDA se impide el aprendizaje en los ratones y también la potenciación de los contactos sinápticos de las neuronas. Desde la época de Ramón y Cajal se suponía que los sitios donde hacen contacto unas células nerviosas con otras (denominados sinapsis) es donde ocurren los cambios estructurales del cerebro que acompañan a los procesos de aprendizaje y memoria. Por otra parte, desde la década de 1970 se sabía que esos contactos sinápticos son susceptibles de aumentar la potencia o intensidad de sus conexiones, mediante el proceso denominado potenciación a largo plazo. Se suponía, asimismo, que si se altera dicho mecanismo de potenciación no es posible aprender. Otra pieza de este rompecabezas es que dicho proceso de potenciación a largo plazo ocurre mediante la activación de un receptor para el aminoácido glutamato, el cual se localiza en la membrana de muchos tipos neuronales. Es el denominado receptor NMDA. La importancia de este estudio reside, en gran parte, en las ingeniosas técnicas de microestimulación y de registro eléctrico desarrolladas por este grupo de investigadores. El experimento consistió en introducir un sensor en el hipocampo de los ratones (una región clave en la memoria) y ver cómo funciona cuando aprenden recordando. Se produce un sonido junto al ratón justo antes de que un soplo en los ojos le haga cerrar los párpados y, como en el caso del perro de Pavlov, tras repetirlo varias veces, el animal cierra los ojos al oír el sonido, aún sin soplo que le induzca a hacerlo. Lo que registró el equipo de Delgado fue cómo cambia la potencia de la sinapsis en el hipocampo en el ratón in vivo.