Diario de León

Esta técnica comenzó a ser utilizada por mujeres sordas que querían que sus niños también lo fueran

La selección de embriones se abre a padres que quieren hijos con taras

Muchas parejas exigen que sus bebés tengan sus mismas deficiencias genéticas

Imagen de un laboratorio de reproducción asistida

Imagen de un laboratorio de reproducción asistida

Publicado por
Roberto Arnaz - nueva york
León

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La selección de embriones para que un bebé tenga las mismas deficiencias genéticas de sus padres ha puesto en el disparadero a las clínicas reproductivas que recurren a esa práctica en Estados Unidos. Numerosos centros médicos a lo largo y ancho del país ofrecían hasta ahora la posibilidad a los padres de diseñar el bebe perfecto mediante la fecundación in vitro, pero en este caso se trata de lo contrario; de que el recién nacido padezca iguales incapacidades físicas que sus progenitores. Un reciente estudio de la Universidad John Hopkins de Baltimore (Maryland) ha revelado un polémico uso de la manipulación genética de los embriones precisamente con ese objetivo, bajo encargo de padres que padecen algún tipo de discapacidad. «Algunos de los futuros padres han realizado este proceso para seleccionar un embrión con una enfermedad o incapacidad determinada, como la sordera, para que el bebé puede compartir esa característica con los padres», asegura el informe. De la 186 clínicas que participaron en la investigación, y que practicaron un total de 3.000 de diagnósticos prenatales previas a la fecundación en 2005, cuatro reconocieron haber implantado embriones con algún tipo de defecto. Esta práctica se comenzó a denominar como «deficiencia de diseño», después de que en 2002 una pareja de mujeres homosexuales con sordera de nacimiento sorprendiera a la sociedad estadounidense al usar el esperma de un amigo, también sordo, para que su bebé heredara la incapacidad de oír. El procedimiento de diagnóstico, que cuesta unos 15.000 dólares (11.500 euros), forma parte de una técnica denominada «diagnóstico genético preimplantacional» (PGD, según sus siglas en inglés) y se realiza después de que el esperma y el óvulo se combinen en el laboratorio. Con anterioridad a ser implantado en el seno de la madre, el embrión es examinado por los especialistas médicos para identificar si cuenta con algún defecto genético. Hasta hace poco, los que presentaban deficiencias eran desechados, mientras que en la actualidad, los embriones que presentan los genes causantes del enanismo o la sordera pueden ser implantados a petición de los padres. Moralidad de la práctica Tanto la selección de embriones en busca de la «bebe perfecto» o determinar el sexto del recién nacido, como la que pretende algún tipo de imperfección, han reabierto el debate sobre la moralidad de la practica. Algunos padres con discapacidades defienden su libertad para recurrir a ella, y aseguran que solo tratan de tener hijos como ellos mismos. Entre los partidarios de esa opción figura el doctor Jaime Grifo de la Universidad de Nueva York, uno de los principales expertos en medicina reproductiva del país. Grifo asegura que los progenitores deben ser libres para decidir si quieren o no someterse al procedimiento. «Los padres tienen mucho que decir en este asunto, y deberían tener la libertad de tomar sus propias decisiones sobre cómo quieren desarrollar su vida reproductiva, en vez de dejarlo en manos de un legislador», aseguró Grifo a los medios. En el otro bando se alistan algunos médicos que han censurado la practica, en tanto que los hay que se muestran escépticos: lo cierto es que en internet los «blogs» echan humo sobre el tema e incluso algunos medios digitales han entrado en la batalla. Con un artículo titulado Viejos miedos: bebés de diseño. Nuevos miedos: bebés deformes , la publicación Slate no duda en calificar la práctica de «una deliberada mutilación de los niños». No falta, por último, quien piensa que en definitiva todo depende de lo que para cada uno signifique la definición de «normal» ya que, en muchas ocasiones, ni la sociedad ni muchas de las personas que padecen deficiencias se consideran a sí mismos incapacitados.

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