CRÉMER CONTRA CRÉMER
Crisis en la Cultural
ES LO QUE NOS FALTABA para el duro: Se nos caen los templos que fueron motivo de admiración de propios y extraños; desciende el cupo de obreros activos: sube el precio de los alquileres y desembarcan más y más fugitivos del hambre. En el índice de la calificación comercial, baja la de León y, lo que es peor, asciende un punto la de Valladolid. En León, pueblo estático y pacífico, llueve a jarros y nos estamos calando todos hasta los huesos. Y por si estos datos fueran insuficientes para temblar, un fenómeno balompédico de Primera División (el fenómeno, no el motivo que le promueve) que no ha subido de Tercera por muchos esfuerzos que caballeros del deporte han venido luchando con frenesí por alterar la situación precaria del conjunto representativo de la capital del viejo reino. Al cabo de muchos fracasos y cuando ya las fuerzas económicas se resienten, se descubre que la Cultural y Deportiva Leonesa, debe más dinero que Alemania después de la Guerra del Catorce, y a la par con los dineros y el Ayuntamiento que, según dicen, debe a casi todo el mundo. La Cultural que fue un acto heroico, puesto en marcha por un grupo de muchachos que iniciaban el ejercicio de la patada, habían encontrado su recinto social en la calle de La Rúa, y allí acudieron la media docena de leoneses que tenían nociones de por dónde venían los vientos de la modernidad. La incorporación de Cultural a su denominación de Deportiva, se debía más a un deseo firme de sus fundadores que a la realidad, pues que si de deporte cabría anotar el fundamento del pelotón o football, de cultura no se podia admitir otros signos dignos de mención que las gimnasias que practicaba Pepe Gracia. Pero con trabajo y un entusiasmo que para sí hubieran querido los visigodos en su lucha por la ocupación de la Península, aquel grupillo de atletas y titiriteros se completó con un equipo de football que fue ascendiendo de calificación a medida que la afición e formaba ya como un bando de auténtica importancia y presión social. Se hizo un campo en La Corredera, donde anteriormente se había asentado el mercado de ganados y luego, un día en un lado y otro día en otro espacio cedido por el Ayuntamiento fue creciendo y haciéndose importante, hasta para darle la réplica al equipo de Valladolid. Y en estos estados de asombro nos encontrábamos, cuando Don Antonio Amilivia y Zubillaga, hombre de grandes impulsos y de formidables capacidades, consiguió, se supone que con el auxilio del Santo Martino de Viñayo, ascender a Primera División. Allí se puede decir que murió Papús sin decir ni chus ni mus, porque León no estaba para tan caros trotes y al cabo de un ejercicio en la llamada División de Honor, descendió, descendió, descendió hasta dar en el pozo negro de la tercera, precisamente cuando un nieto de aquel Amilivia de primera división, recorría los campos de España, como Don Quijote recorrió los campos de Montiel, dando tumbos y bandazos. Y cuando ya no pudo con la carga, confesó su precariedad y se confesó en crisis. Se vende la Cultural, dijeron con entonación lastimera los actuales directivos del cotarro. La culpa fue... Ni se sabe, pero el caso es que la Cultural está en crisis. Y cuando la Cultural estaba en crisis, se declaraba crisis total para la región... ¡Aúpa, Cultural! Sí, pero ¿cómo?