El último fin de semana de enero ha sido el primero en el que la estación de San Isidro ha podido abrir sus instalaciones y comenzar así su temporada. Miles de personas se acercaron a la estación lo que colapsó el aparcamiento.
Fueron más de diez mil las personas que se acercaron a San Isidro para disfrutar de la nieve.
Los principales problemas se registraron en las primeras horas de la mañana. Las colas para sacar los forfaits se prolongaron hasta la hora de duración, lo que puso a prueba la paciencia de los esquiadores.
Las colas para acceder a los remontes, sobre todo en Cebolledo también fueron espectaculares, sobre todo el domingo 28, el día del fin de semana que concentró a más esquiadores.
Los esquiadores disfrutaron de 18 kilómetros de pistas, de nueve remontes abiertos y de uns nieve polvo-pisada.
Las aglomeraciones también se registraron para tomar el transporte que facilita la estación para subir a la parte de Cebolledo.
Los más de 3.500 niños que este año se apuntaron a las escuelas de invierno de la Diputación de León, por fin pudieron comenzar sus clases este fin de semana.
Aunque tuvieron que soportar interminables colas, los esquiadores disfrutaron de un soleado día.
A pesar del moderno sistema de lectura de los fortfait, las colas siguen siendo el principal problema de San Isidro durante los fines de semana.
Unos optan por las dos tablas, otros por tan sólo una y los que quedan se reparten entre poner el culo en la silla de la cafetería o dejarlo caer sobre el manto helado.
San Isidro contó con cerca de 10.000 usuarios, Valgrande-Pajares con 15.000 y Leitariegos con 2.500.