Aconsejan el uso prudente de los rayos ultravioleta para conservar el bronceado

Si los dermatólogos han logrado concienciar a buena parte de la población sobre la importancia de cuidar y proteger la piel de los rayos solares durante el verano, ahora se marcan como objetivo que estas precauciones también se tomen en invierno. En este sentido, desde la Academia Española de Dermatología y Venerología se indica que tratar de conservar el bronceado durante estos meses mediante el uso excesivo de rayos ultravioleta, no está exento de riesgos ya que puede incrementar la posibilidad de padecer cáncer de piel. Afirman, además, que no es correcta la creencia de que mantener el bronceado mediante el uso de cabinas de rayos ultravioleta aumenta las defensas frente a los rayos solares. Se recuerda que el cáncer de piel es el resultado de una agresión continua de radiaciones. Por eso, recomiendan mantener una fotoprotección para hidratar la piel y evitar el fotoenvejecimiento, especialmente por aquellas personas que practican deportes de invierno (protección factor 15, barras labiales) ya que la radiación solar se suma a la recibida en los meses estivales. No se debe olvidar que aunque la piel suele sufrir menos agresiones durante los meses fríos también se debe cuidar para protegerla del frío y la humedad. El daño solar es irreversible, acumulable y permanece latente durante muchos años hasta que se detecta el tumor. Como el bronceado es la respuesta de la piel a la radiación solar, se deben tomar las medidas preventivas adecuadas porque, de lo contrario, puede aparece cáncer de piel. Según los expertos, 12 de cada 100.000 españoles padecen algún tipo de melanoma, considerado como el más grave de los tumores cutáneos. Aunque la mortalidad se ha estabilizado, advierten que se podría evitar la mayoría de los fallecimientos ya que el 80% de los melanomas con 1,5 milímetros de grosor tiene curación. El tipo de enfermos ha cambiado con el paso del tiempo. Así, si hace unas décadas los agricultores y las personas con más de 60 años eran los más afectados tras haber estado muchos años expuestos a la acción de los rayos solares, actualmente se detectan muchos casos entre personas jóvenes, de ambos sexos, que están pagando el precio de la sobreexposición solar. Se deben vigilar si las pecas o lunares cambian de tamaño, forma o color, si sangran, pican, son dolorosos al tacto o presentan abultamientos. Aunque el melanoma llega a desarrollarse en cualquier parte de la piel, los hombres lo contraen con más frecuencia en espalda, cabeza o cuello, mientras que en las mujeres son brazos, piernas y tronco las zonas más afectadas.