Los coches más potentes, los todoterreno y los diésel pagarán más impuestos

Para tratar de contener las emisiones del transporte, entre ellas las de CO 2 , los vehículos de más de 2.500 centímetros cúbicos y los todo terreno pagarán más impuesto de matriculación. En la actualidad, los diesel con menos de 2.000 centímetros cúbicos pagan un 7% y los de mayor cilindrada, un 12%. Se pretende crear un tercer tramo para todo terreno y cilindrada superior a 2.500 centímetros cúbicos, que pagarán un 17%. Con esta medida se pretende la compra de estos vehículos altamente contaminantes, dificultando su importación (la mayoría se fabrican fuera de España) o, al menos, que el que contamine pague por ello. Los todo terreno consumen más combustible y emiten más dióxido de carbono que los automóviles convencionales, por lo que su clasificación energética (similar a la utilizada con los electrodomésticos) varía entre la E y la G, es decir, las menos eficientes según la clasificación del IDAE. También está previsto aumentar el impuesto de los vehículos diesel y equipararlo al de los de gasolina, ya que las ventajas fiscales han disparado su venta habiendo pasado en el periodo 2001-2204 del 13 al 65%. La consecuencia es que se hayan disparado las importaciones de gasóleo y que sobre gasolina. Aunque los motores diesel son más ecológicos que los de gasolina desde el punto de vista de las emisiones de CO 2 , emiten más partículas que los de gasolina, dañinas para los pulmones. Por otro lado, dejarán de estar exentas de pagar las tasas los quads (motos con cuatro ruedas), considerados actualmente como vehículos agrarios, y las motos acuáticas, que pasarían a pagar el 17%. Los quads, que se han puesto de moda en los últimos años, pueden adquirirse a partir de unos 4.000 euros, tienen una cilindrada entre 200 y 700 centímetros cúbicos y para su conducción es necesario poseer el carné B. El transporte representa en España el 24,4% de las emisiones de CO 2 , lo que le convierte en uno de los principales elementos de insostenibilidad. Además su incremento acelerado tiene consecuencias negativas sobre la solidez del crecimiento económico debido a la factura del petróleo, la calidad del aire urbano, las emisiones y el cumplimiento de Kioto. Los casi 26 millones de vehículos que circulan por nuestras carreteras emiten una media de 162 gramos de dióxido de carbono por kilómetro. Es decir, que si se pusieran en marcha todos a la vez, sólo en un kilómetro habrían producido casi 4.200 toneladas de CO 2 . A pesar de los esfuerzos para reducir las emisiones, aún estamos lejos de alcanzar un máximo de 140 gramos de CO 2 por kilómetro para los vehículos nuevos previsto para el año 2008.