Los Berlusconi riñen por carta
La esposa del ex presidente italiano le exige disculpas públicas a través de una carta a un diario por filtrear con otra, y él le pide perdón mediante otra carta a todos los medios
El ex presidente del Gobierno italiano Silvio Berlusconi pidió perdón a su mujer, la actriz Verónica Lario, por las que consideró sólo «frivolidades», después de que ésta exigiese ayer sus disculpas públicas por la falta de respeto que le mostró en una cena en la que cortejó descaradamente a otras mujeres. Veronica Lario, que hasta ahora era famosa por su discreción y defensa de su privacidad, envió una carta al diario La Repubblica , de tendencia política opuesta a la de su marido y muy crítico con todas sus actuaciones, que fue publicada en su edición de ayer, y en la que exigía las disculpas de Berlusconi por su comportamiento. Los hechos se remontan a días atrás cuando en una gala de entrega de premios de televisión, Berlusconi se dirigió a algunas de las mujeres presentes con frases como: «si no estuviera ya casado, me esposaría con usted inmediatamente» o «contigo iría a cualquier parte». Las disculpas publicas de Berlusconi no tardaron en llegar y el ex presidente envió a los medios una carta en la que pedía perdón a su mujer por las que calificó de «ocurrencias dichas sin pensar», «palabras galantes» y «frivolidades de un momento». «Estamos juntos desde hace una vida. Tres hijos adorables que has preparado para la vida con cuidado y rigor amoroso como la espléndida persona que eres y que siempre has sido para mi desde el día en el que nos conocimos y enamoramos», escribe Berlusconi. La carta también servía para pedir perdón a su mujer por un periodo en el que dijo «era recalcitrante en privado» y en la que le recuerda sus duras jornadas «bajo constante presión». Según Berlusconi, el estrés de su actividad «abre espacio a las pequeñas irresponsabilidades de un carácter juguetón, autoirónico y a veces irreverente». Sin embargo, Veronica Lario en su carta afirmaba que las frases de Berlusconi durante dicha cena habían sido «lesivas» de su «dignidad» y no pueden ser «reducidas a meras bromas». La actriz recordó además otros espisodios de su esposo en el pasado, aunque su actitud la fiesta de los premios Telgatti fuera la gota que colmó el vaso: «He soportado los inevitables contrastes y momentos dolorosos que una larga relación comporta con respeto y discreción», dice Veronica Berlusconi, sin aclarar si una de esas situaciones fue cuando su marido afirmó también públicamente haber hecho de playboy ante la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, para lograr que la sede de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria se estableciera en Italia. «Tu dignidad no tiene nada que ver. Yo la guardo como un valioso bien en mi corazón, también cuando desde mi boca salen ocurrencias dichas sin pensar, palabras galantes y frivolidades de un momento», escribe Berlusconi. El ex presidente termina la carta diciendo que «este testimonio público de un orgullo privado» cede «como un acto de amor» a la «cólera» expresada por su mujer. La disputa entre la pareja se convirtió en un caso público con numerosas declaraciones de personas del mundo político y del espectáculo que han tomado las defensas de uno u otro. Incluso, la televisión italiana ha cambiado todos los temas previstos en sus programas de debate para sustituirlos por el caso del intercambio de misivas entre una pareja, que hasta ahora había dado poco que hablar. Muchos han apreciado la decisión de Miriam Raffaella Bartolini, a la que todos conocen con su nombre de actriz: Veronica Lario, como un modo de defender la dignidad de todas las mujeres, mientras que otros ha considerado que era mejor que se hubieran lavado los trapos sucios en casa. «Esta línea de conducta encuentra un límite, mi dignidad de mujer que debe constituir también un ejemplo para los propios hijos. (...) Ahora, en relación a mis hijas, ya adultas, el ejemplo de una mujer capaz de tutelar su dignidad en relación con los hombres asume una importancia particular», escribía la mujer de Berlusconi en su carta. Tras la carta de Berlusconi, Veronica Lario ha vuelto a encerrarse en el mutismo que le caracterizaba hasta ahora y no ha realizado declaraciones, ni por el momento se prevé una nueva respuesta pública a su marido.