Remando contra el viento

Para poder mirar al futuro hay que ser consciente de los orígenes y, de eso, los vecinos de Velilla de la Reina saben mucho. Culpa de ello la tiene la Asociación Cultural Toros y Guirrios, símbolo del cuidado de las tradiciones y de la recuperación de la cultura popular. Ahora, cuando se acercan los días de carnaval, esta pequeña localidad se prepara para vivir su famoso domingo de antruejo. Desde hace semanas, las mujeres y los socios se reúnen cada sábado para preparar los trajes y las caretas de los guirrios que se lucirán el día 18 de febrero en la plaza de la Veiga. Este año con un poco más de prisa, porque desde el pasado sábado los elementos más simbólicos del antruejo se exponen en la terraza de la primera planta de El Corte Inglés. Allí podrán visitarse hasta el 16 de febrero. Sorpresa es una de las reacciones más habituales para los que se acercan por primera vez a este antiquísimo antruejo. Dos son las líneas que marcan los vestuarios de los personajes. Por un lado, los toros y los guirrios, de resplandeciente blanco y con caretas que ocultan su cara, llenas de abanicos de colores. Son los guirrios, los que haciendo saltar a las mozas casaderas por encima de las astas del toro buscan potenciar la fertilidad femenina. La importancia de las buenas cosechas, en aquellos tiempos en que los vecinos dependían del campo, está representada por la siembra del arado y la cernada, vestimentas de saco que esconden tras los agujeros y las quijadas de los animales que forman parte del resto de los personajes el cuidado por los frutos de la tierra. Un antruejo, que no carnaval, que a pesar de los años y las dificultades continúa remando contra el viento.