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Es la primera vez en el mundo que se implanta material del tejido adiposo para crear vasos sanguíneos

Un equipo médico salva un corazón con células de la grasa del paciente

El enfermo, al que le inyectaron 28 millones de unidades, fue dado de alta en apenas dos días

Publicado por
R. Romar - redacción
León

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Trescientos gramos de grasa han salvado una vida. El tejido adiposo pertenece al propio paciente, un anciano de 72 años con una angina de pecho invalidante, que presentaba daños severos en sus arterias coronarias y al que los médicos no encontraban ningún tratamiento terapéutico alternativo para mejorar el bombeo de su corazón. El remedio a su dolencia se encontraba en las células de su propia grasa, que un equipo de cardiólogos del hospital Gregorio Marañón de Madrid implantó en su corazón en una intervención pionera en todo el mundo. Al enfermo le inyectaron mediante un catéter dirigido al órgano dañado 28 millones de células procedentes procedentes de la grasa del abdomen y que previamente fueron separadas y depuradas. «Ha sido un hito médico», su-brayó ayer el cardiólogo Francisco Fernández-Avilés, que también había sido el pionero en España en implantar células madre adultas para regenerar un corazón infartado. En una operación que duró cinco horas, su último paciente apenas pasó dos días de convalencencia en el hospital antes de regresar a su casa. «Ahora se encuentra bien y hace una vida normal», precisa el especialista. La intervención no requirió una excesiva complejidad, sino que su importancia se basa en demostrar que las células mesenquimales (multipotentes y con capacidad de diferenciarse para dar lugar a tipos concretos de células especializadas) también pueden ser válidas para regenerar tejidos dañados del corazón. En este caso concreto, las células implantadas se transformaron en músculo cardíaco y, sobre todo, en nuevos vasos sanguíneos o células vasculares, cuya función es mejorar el bombeo del corazón y evitar la angina de pecho. Ventajas Su principal ventaja con respecto a la implantación de otro tipo de células madre es la rapidez con que se obtienen y su casi inmediata disposición para ser utilizadas. A diferencia de las que se obtienen de la médula ósea y que pueden transformarse en células cardíacas, no necesitan ser cultivadas durante tres semanas, sino que, dos horas después de la extracción, ya son puestas a disposición de los cardiólogos para realizar el trasplante.