Anticorrupción

EL BURGOMAESTRE Amilivia (al que un amigo suyo me le llama cordialmente Mario Mealivia) ha declarado que «Anticorrupción debería investigar la venta de La Lastra», aquel mondongo de hectáreas con truco que se enajenaron municipalmente bajo la hégira de Paco Poco I, El Efímero . Tiene mucha razón su ilustrísima el señor alcalde y confío en que atiendan su ruego porque la acusación inducida es de las gordísimas: investíguese, procédase a levantar el alfombrón para ver lo barrido bajo él, aclárense todos estos extremos (o aquellos medios) y dígase a la ciudadanía (¿ciudaqué?) por qué el mismo día que se adjudicaron estas parcelas para la industria del ladrillazo un constructor revendió la suya y la ganancia le supuso unos seiscientos millones de leandras (yo hay mañanas que no los gano). Que investigue Anticorrupción, sí señor. Urgentemente, porque se supone que ya están alertados los presuntos fechores (sujetos de fechoría) y estarán borrando rastros o cambalaches como los nerviosos marbellíes de Alí Babá Rocamuñoz. Pero sorprende que el señor alcalde focalice exclusivamente en La Lastra el asunto de las guarrerías, favores o negocietes que se urden bajo faldones de la mesa camilla municipal. Ya puestos, debería pedir, exigir, a Anticorrupción que extienda por doquier su objetivo de aclaramiento y proceder judicial. Que lo investiguen todo, que se peine la maraña de sebo y pelambre que hay bajo la cama en la que cohabitan hasta enemigos políticos matrimoniados con pactos espúreos o sin ellos. Que rebusquen en los patrimonios de cargos; y aún más importante, en las mejoras tan ostentosas en las que muchas veces se exhiben la cuadra de amigos, familiares o acreedores de lealtad o donativo, que es por donde más se fuga y se reparte el convite corrupto... y por donde mejor se disimula. ¿Cuánta policía judicial, cuántos inspectores fiscales y cuánto operativo de la administración pública está siendo destinado a perseguir la marranada, el cohecho en peana o la prevaricación impune?... ¿Y qué resultados ha venido dando hasta ahora?... ¿Se conoce un solo cargo público de los cientos que pueblan la realidad cazurra que haya sido colocado en la picota del convicto por estas inspecciones que alguno duda que existan con el mismo rigor aplicado a empresarines o tenderos?