Diario de León

La autopsia se realizó anoche pero posiblemente pese sobre ella el secreto de sumario

Érika Ortiz aparece muerta en su cama y al lado de pastillas

Dejó a su hija por la noche con una vecina y la encontró su novio por la mañana Reacciones:

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Tomás García Yebra - madrid
León

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Érika Ortiz Rocasolano, de 31 años, hermana menor de la princesa de Asturias, falleció ayer en su domicilio madrileño del barrio de Valdebernardo, que era el piso de doña Letizia antes de su matrimonio. Según fuentes policiales, el martes por la noche, Erika dejó a su hija Carla en casa de una vecina para que ésta la llevara al colegio ayer, algo que hacía con frecuencia. Por la mañana, sobre las once y media, llamó al timbre su actual compañero sentimental. Al no recibir respuesta se alar-mó y entró con su llave. El novio encontró a Erika Ortiz tendida en la cama de su dormitorio. Enseguida llamó a la policía. Junto al cuerpo, según estas mismas fuentes policiales, había varias cajas de medicamentos contra la depresión que la fallecida consumía habitualmente. Los primeros en llegar a la casa fueron sus padres, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano; ambos estaban trabajando y al recibir la noticia dejaron sus respectivos puestos a toda prisa sin hablar con nadie. «Respeto y prudencia» Fue la propia familia de la fallecida quien informó a la Casa Real de la muerte de Érika. Poco después la Corona emitió un escueto comunicado en el que solicita -por petición de los Ortiz Rocasolano- «respeto y prudencia». Los príncipes de Asturias recibieron la noticia en su residencia oficial, donde permanecieron todo el día. Don Felipe decidió suspender su agenda, y ninguno de los dos salió del recinto en todo el día. La noticia se dio a conocer a las dos de la tarde, y a primera hora de la tarde llegó la titular del juzgado de instrucción número 12 de Madrid, en turno de guardia, para firmar el levantamien-to del cadáver, que entró en el Instituto Anatómico Forense después de las cinco; allí se le iba a efectuar a autopsia, sobre la que pesa-rá el secreto de sumario. El entierro posiblemente será en Asturias. Érika Ortiz, que sufría fuertes depresiones desde hacía tiempo, era licenciada en Bellas Artes y trabajaba como decoradora gráfica en la productora Globomedia. El año pasado se separó de su pareja, el escultor Antonio Vigo, con quien tenía una hija, Carla, de seis años. A consecuencia de la separación pidió la baja laboral por «ansiedad» y «estrés». Se reincorporó a su trabajo en Navidad, y la semana pasada había solicitado dos días de permiso a la productora de Emilio Aragón al encon-trarse con nuevos síntomas de agotamiento.

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