Las temperaturas máximas subirán hasta 8 grados en León a fin de siglo

El norte de España, León incluido, sera como el Mediterráneo y el interior y sur de la Península tendrá un paisaje típico del norte de África, árido y seco. Este escenario de cambio climático para fin de siglo, esbozado ya en reiterados estudios, acaba de ser apuntalado en un nuevo informe presentado ayer por el Ministerio de Medio Ambiente y elaborado por el Instituto Nacional de Meteorología (INM), que ofrece unas conclusiones aun mas contundentes que los anteriores sobre los efectos del calentamiento global en la Península. La subida de las temperaturas máximas sera aún más acuciada de la prevista para situarse, en el peor escenario, aunque probable, en un aumento medio anual de entre 5 y 8 grados en las regiones interiores de la península para el periodo comprendido entre 2071-2100 con respecto a la media registrada entre 1961-1990. El peor escenario El incremento de hasta ocho grados esta previsto para los meses de verano, especialmente septiembre, en un fenómeno del que tampoco se librara León. Aunque el dato exacto no se conocerá hasta dentro de dos semanas, cuando se precisen las proyecciones para cada estación de control, el calculo apunta a que amplias zonas de interior del noroeste peninsular se convertirán en un horno a finales de siglo, con estíos con temperaturas ocho grados por encima de los valores actuales. Son dos grados más que los pronosticados en estudio anterior, que preveían un incremento máximo, ya de por sí notable, de seis grados. En el resto del noroeste, en el litoral cantábrico, el subidón térmico será, al igual que en las regiones mediterráneas, más atemperado, de entre 4 y 5 grados. Se trata, en todo caso, del escenario más pesimista esbozado por el INM, pero altamente probable de continuar el actual ritmo de emisiones de efecto invernadero a la atmósfera. Si no se toman medidas, el calentamiento no se detendrá, porque ahora mismo ya es incuestionable, pero también va a ser irreversible», apunta Antonio Labajo, subdirector de Climatología del Instituto Nacional de Meteorología y uno de los autores del informe encargado por el Ministerio de Medio Ambiente. Un modelo más optimista, para un escenario futuro respetuoso con el medio ambiente, rebaja en alrededor de dos grados las temperaturas máximas. La proyección apunta en este caso a incrementos de unos 3,5 grados en las regiones costeras cantábricas y del Mediterráneo y aumentos de 4,5 grados en el interior. Incertidumbre Si la tendencia de las temperaturas marca una tendencia clara, aunque con matices, hacia el calentamiento, no ocurre lo mismo con los escenarios de precipitaciones para fin de siglo. «Los modelos no son nada solventes y ofrecen un alto grado de incertidumbre», corrobora Labajo. Aun así, el peor de los escenarios prevé un descenso de las lluvias de hasta un 40% en la mitad sur y de un 20% en el norte. Salvo Galicia, donde la reducción de la pluviosidad se limitará, como mucho, a un 10%, aunque sí que se indica para esa región es que se producirá una reducción de los días de lluvia, aunque las precipitaciones serán mas intensas. «En vez de llover 20 días puede llover dos, pero la misma cantidad», resume Labajo.