Aprobado un plan internacional para evitar la sobreexplotación del atún rojo
En la cumbre del atún, recientemente celebrada en Kobe (Japón) y que ha contado con la participación de 300 representantes de 55 países (entre ellos España), se ha alcanzado el primer compromiso internacional destinado a detener la sobreexplotación de la especie, cuyas poblaciones están en peligro de agotarse. Según se recoge en el documento final, el objetivo es mejorar la coordinación y el intercambio de información entre los cinco organismos encargados de la conservación del atún, cuyas jurisdicciones abarcan casi todos los mares del planeta. También se contempla poner en marcha un plan que comprenda más transparencia a la hora de fijar cuotas de pesca, supervisar el comercio de la especie, compartir los datos de las capturas y un etiquetado electrónico de los ejemplares que facilite su seguimiento. Además, se creará un sistema de inspección internacional en alta mar, se establecerán sanciones para quienes capturen ejemplares de forma ilegal y se aumentarán los recursos económicos destinados a asesorar a los países en desarrollo para que combatan este tipo de pesca. La población de atún rojo ha descendido en un 80% en las últimas tres décadas y ya en el año 2000 la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (CICAA) estimó que la mortalidad por pesca era 2,5 veces superior al nivel máximo compatible con la reproducción adecuada de la población. En este sentido, en un estudio de WWF/Adena se afirma que la industria de engorde de la especie pone en peligro la subsistencia de una de las principales pesquerías del planeta. Se denuncia, además, que lejos de frenarse la instalación de piscifactorías, su incremento ha sido tan elevado que durante el año 2003 se introdujeron en jaulas del Mediterráneo unas 25.000 toneladas de atún salvaje llegando a saturar el mercado japonés y provocando la caída del precio. Se capturan ejemplares jóvenes para engorde, muchos de ellos en edad de reproducción, a los que se suministran peces de menor valor (caballa) hasta que alcanzan el tamaño adecuado. Además, las capturas para las granjas se realizan sin controlar las cuotas ni las tallas. En la actualidad, el 80% del atún rojo que se consume en Japón procede de granjas de «engorde»' ubicadas en España, Italia y Turquía. El año pasado, otro informe de Greenpeace alertaba de que las poblaciones están en peligro de ser agotadas por la pesca pirata y una gestión inadecuada, por lo que exigieron protección para sus zonas de reproducción.