Un nuevo tipo de cemento reduce a la mitad el CO2de las fábricas cementeras1397124194
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un nuevo material, equivalente al cemento Portland (la modalidad de uso preferente en la construcción), con el que podría reducirse hasta en un 50% las emisiones de CO 2 de la industria cementera. El producto, creado a partir de cenizas volantes procedentes de la combustión del carbón, será presentado en las próximas semanas al principal consorcio europeo en la investigación de materiales cementantes. Ángel Palomo, director de la investigación, y cuya actividad se desarrolla en el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (Madrid), ha explicado el principal beneficio de este nuevo material afirmando que en los hornos de las cementeras actuales es necesaria una temperatura de 1.450 grados centígrados en el proceso de vitrificación para fabricar cemento Pórtland. Sin embargo, el cemento de cenizas volantes precisa sólo entre 60 y 80 grados para su puesta en obra, reduciendo a la mitad las emisiones de dióxido de carbono de la industria cementera y el consumo energético en cantidades considerables. Además, el curado térmico a bajas temperaturas permite multiplicar por dos el volumen de producción, y en cuanto a su posible carácter contaminante al ser generado por soluciones altamente alcalinas, desaparece a las 24 horas de fraguado. Otra de las ventajas del producto es que aprovecha para su fabricación cenizas procedentes de la combustión del carbón. Se trata de un subproducto industrial muy abundante en todo el mundo que, si no se reutiliza, tiene potencial contaminante. Los autores sometieron el material a diversos ensayos mecánicos y de fatiga en su Instituto y el resultado ha sido un material cementante completamente equivalente al cemento Portland en muchos aspectos, y superior en otros. Desde el Departamento de Comunicación del CSIC se indica que el nuevo cemento se genera por un proceso de activación alcalina, que consiste en mezclar las cenizas con compuestos alcalinos que convierten el polvo en un sólido compacto, a base de silicoaluminatos. Se trata de un proceso químico distinto al que tiene lugar en la hidratación del cemento convencional. El equipo de Palomo trabaja en la actualidad en diversas líneas de investigación con el cemento obtenido a partir de cenizas volantes. Según ha explicado, «el nuevo material es capaz de absorber algunas sustancias volátiles nocivas para la salud que desprenden algunos plásticos, barnices y productos de limpieza, y adquiere características flexibles a altas temperaturas.