Donde el ganao

ESE MERCADO fue tontería hacerlo. Se desmontó el viejo, se desmanteló su matadero adjunto para inmobilizar inmobiliariamente aquellos solares de José Aguado hoy macizos de manzanas apretadas y se decidió levantar en las afueras una cuadra-catedral moderna para dar cubrición al trato y a la vacada, la cerdada, lo ovejuno o la cuadra provincial de ganado caballar y mular. Era el nuevo mercado municipal de ganados erigido con una ampulosidad olímpica y desproporcionada justo en un momento en el que instalaciones similares acometidas en plazas de gran reino ganadero como Torrelavega se declaraban inoperativas porque desaparecía ya entonces del ámbito ganadero nacional o regional el trato de feria, la concurrencia a mercados, pues cada ganadero comenzaba ya a mercar su cabaña a puerta de corral o cubil sin necesidad de portearla a recintos feriales. León construyó el último gran mercado de un emporio perdido para que sobrara tanto alarde y faraonismo constructor desde sus balbuceos, recinto vacío y desocupado que no ha sabido resolver esta municipalidad dotándolo de algún contenido de continuidad, de modo que mantenerlo ha sido algo ruinoso... y carísimo. Ahora, el ayuntamiento quiere venderlo y lo sacó a oferta pública con un precio que no interesa a nadie, poco más de cinco millones de leandros, casi novecientos millones de leandras. No hay pujas. ¿No los vale?... Pues que lo pinten de verde, que fue lo que hubo de hacerse en la precipitada inauguración de este mercadón hace treinta años por parte de don Juan Carlos y doña Sofía cuando faltaban obras, remates y ornatos, especialmente jardineros, lo que llevó a dar la orden de que se pintasen con pintura plástica verde los hierbajos agostados de parterres e isletas a fin de que a sus majestades no les entrara la sed y el desierto por los ojos. Ese mercado no interesa a compradores. El untamiento deberá moderar tasación, rebajar. Incluso podría haber un tercer o quinto intento rebajador hasta que sea ganga la liquidación. El torvo y escocido peatón recela: «Hay consigna entre promotores para no pujar en estos principios esperando a que se amiserie la cosa. Después será más barato, mucho más, y llevará gabelas o excepciones urbanísticas. En poco tiempo habrá allí un nuevo espacio comercial de ocios y fornicios».