Los vecinos denunciaron el caso a la Policía por el estado de la vivienda
Una pareja de ancianos vivía en la miseria con un millón en casa
El hijo de la pareja, que residía con ellos en Santander, fue detenido por malos tratos y torturas
Dos ancianos han sido rescatados del más absoluto abandono de una vivienda de Santander donde malvivían rodeados de basura y, paradójicamente, también de una fortuna de más de un millón de euros, gracias a sus vecinos, a la persistencia de la Policía y a un juez que se personó en la casa. D.B.D, de 97 años, y su esposa F.A.P., de 90, residían en un piso de la calle Junco, en una zona próxima al Sardinero, junto con su hijo Jerónimo B.A., de 49, que ha sido arrestado como presunto autor de delitos de torturas, malos tratos y abandono de familia. La Policía Nacional tuvo conocimiento de la situación de esta pareja de ancianos a finales del año pasado a través sus vecinos, que se pusieron en contacto con el Servicio de Atención a la Familia para expresar su preocupación por las condiciones en que vivían. Los agentes fueron a la casa y pidieron ver a la pareja, pero el hijo ahora detenido no les dejó pasar. Jerónimo B.A. les dijo que sus padres no tenían problemas y que él se encargaba de cuidarlos, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Cantabria. La Policía volvió a la casa en diciembre, esta vez porque alguien había oído al anciano, D.B.D, pedir auxilio. De nuevo, el hijo se interpuso y contó a la patrulla del 091 que fue a la vivienda que su padre gritaba a veces, pero que no tenía importancia. Sin embargo, los agentes se dieron cuenta del «estado de abandono en que se encontraban los ancianos y la insalubridad que había en el piso, con gran cantidad de basura» y denunciaron los hechos al juez. Del asunto se hizo cargo, entonces, el Juzgado de Instrucción número 1 de Santander, cuyo titular, José Hoya, solicitó información complementaria a los servicios sociales y a los médicos. El magistrado decidió visitar personalmente la casa el lunes, acompañado del secretario de su Juzgado y de la Policía. La situación que vio le impulsó a ordenar a los policías que detuvieran a Jerónimo B.A. y que trasladaran a los ancianos al hospital. Comiendo pan mohoso En un auto dado a conocer ayer, el juez relata detalladamente en qué condiciones malvivían los ancianos: había basura y suciedad por todas partes, les rodeaba un olor «nauseabundo» a orines y comida en descomposición y los colchones de las camas estaban podridos. Lo primero que vio la comisión judicial fue al anciano, que está ciego, sentado a la mesa comiendo con las manos jamón cocido y pan de molde con «abundante cantidad de moho». «Impresiona su estado de suciedad y el olor a orín que desprende, así como el llamativo estado de delgadez», explica el juez. La anciana estaba en un sillón, «en igual estado, presentando además unas evidentes úlceras que no se aprecian tratadas». El auto no recoge, en cambio, un detalle que sí ha dado a conocer la Policía Nacional: en la casa había más de un millón de euros en efectivo, acciones, letras del Tesoro y otro tipo de valores, que han quedado a disposición judicial.