Las montañas se calentarán más de tres grados a mediados de siglo

Durante el siglo XXI el aumento de la temperatura en las montañas de todo el planeta será más del doble que en el siglo pasado. Así se afirma en un estudio realizado por geógrafos y biólogos del CSIC, en el que se evalúa el calentamiento climático durante el presente siglo en todos los sistemas montañosos del mundo, al tiempo que describe sus posibles impactos ecológicos, hidrológicos y socioeconómicos. David Nogués, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales y coordinador de la investigación, ha explicado que para el año 2055 se prevé un aumento en la temperatura de las montañas de 3,2ºC (0,4ºC de aumento por década), en un contexto de uso intensivo de recursos fósiles; o bien de 2,1ºC (0,26ºC por década), en caso de que se reduzcan las emisiones de CO 2 . En cualquiera de los dos casos, será superior a la registrada en la segunda mitad del siglo XX, que aumentó 0,65º (0,13ºC por década). Según Nogués, «este aumento podría influir en una mayor variabilidad de los caudales de los ríos, la posible modificación de los patrones de gestión del agua en los embalses, una posible mayor necesidad de construcción de presas y una mayor inestabilidad en la producción de energía hidroeléctrica». Desde el Departamento de Comunicación del CSIC se indica que los impactos en los recursos hídricos estarán relacionados con la reducción o desaparición de los glaciares y de las cubiertas de nieve, tanto en su duración a lo largo del año, como en su espesor, lo que podría provocar la extinción de especies alpinas que no encontrarían las características ecológicas necesarias para su supervivencia. Los datos del estudio, cuyas conclusiones aparecen publicadas en la revista Journal of Global Environmental Change, demuestran que los impactos futuros en las montañas serán mayores con una economía basada en el consumo de petróleo. Ante esta amenaza, los científicos afirman que es necesario desarrollar programas y marcos específicos de investigación para zonas de montaña, para evaluar los impactos del cambio climático, y desarrollar estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático, como las reducciones de emisión de CO 2 . El cambio climático en las cordilleras puede afectar de forma más grave a aquellas situadas en los países pobres, que tienen una menor capacidad adaptativa ante los cambios que se avecinan.