Diario de León

Las nuevas terapias introducen genes en las células tumorales para matarlas o frenar su acción

Un nuevo método para mejorar los tratamientos génicos contra el cáncer

En animales de experimentación el inhibidor mejora hasta cuatro veces la eficacia de la terapia

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A. Álvarez león
León

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El Departamento de Comunicación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) informa de que un equipo de investigadores con participación de este organismo ha desarrollado un nuevo método para aumentar la eficacia de las terapias génicas contra el cáncer, un tipo de tratamiento que consiste en introducir genes en las células tumorales para eliminarlas o frenar sus características dañinas y aliviar, de esta forma, los síntomas de la enfermedad. El estudio aparece publicado en el último número de la revista Molecular Cancer Therapeutics. El trabajo, que cuenta con la participación del investigador del CSIC Alfredo Martínez, ha demostrado que el tratamiento en dosis bajas con un inhibidor, el Fk228 o depsipeptide, aumenta hasta cuatro veces más el número de células tumorales infectadas por la terapia génica. Martínez, que trabaja en el Instituto de Neurobiología Ramón y Cajal (del CSIC), en Madrid, detalla el funcionamiento de la terapia génica en el cáncer: «Se intenta introducir genes en las células tumorales que las lleven hacia una muerte celular programada, la apoptosis, o que frenen su capacidad de crecimiento o metástasis, por ejemplo». El investigador del CSIC explica que, entre los diversos métodos que existen para introducir los genes en las células enfermas, el más frecuente utiliza virus modificados que son capaces de infectar a las células tumorales y pasarles el nuevo material genético, sin afectar a las células sanas. Virus útiles Según explica Martínez, los «prometedores» inicios de las terapias génicas se vieron limitados por los problemas que encontraban los grupos de investigación a la hora de transferir el material genético a las células enfermas. En el caso de los tratamientos que usan virus para esa transferencia, añade el científico, el éxito depende de un receptor viral específico en la membrana de las células tumorales. El investigador del CSIC y sus compañeros trabajaron con el inhibidor FK228, que inhibe el enzima que desacetila las histonas. Comprobaron en ratones con melanoma (cáncer de piel) que un tratamiento en dosis bajas con este inhibidor eleva unas 10 veces la cantidad de receptores para adenovirus, un tipo determinado de virus, presentes en las membranas de las células tumorales, sin que los niveles de los receptores en las células sanas aumenten. «Cuando se administran adenovirus a un ratón tratado con FK228, el número de células tumorales infectadas aumenta más de cuatro veces en comparación con ratones no tratados con este inhibidor», señala Martínez, y recuerda que los compuestos de inhibidores similares ya están aprobados para su uso en enfermos con leucemia. «Es fácil imaginar la utilidad contra el cáncer de estas moléculas en combinación con protocolos de transferencia génica mediante adenovirus», concluye el investigador del CSIC. Alfredo Martínez trabajó durante 11 años en los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU (Bethesda, MD). En 2004 se incorporó al Instituto Cajal (CSIC), en Madrid, con un contrato Ramón y Caja y allí investiga en la actualidad sobre isquemia cerebral y tumores del sistema nervioso central.

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