El centro sigue en alerta mientras se suceden las peticiones de investigación
En medio de la tormenta política que el suceso ha desatado, el hospital ha impuesto medidas de control y seguridad en neonatología, que se mantendrán «hasta que el último niño aislado se vaya de alta a su domicilio». Entre ellas están, por ejemplo, instrucciones higiénico-sanitarias estrictas, tanto para los profesionales como para los padres de los pequeños ingresados, además de medidas específicas de limpieza par todo el material, o que se traslade a otros centros a cualquier mujer gestante que llegue con algún factor de riesgo a Urgencias. El servicio de Medicina Preventiva, en colaboración con la dirección general de Salud, está realizando un estudio epidemiológico para determinar el origen del problema. Pese a ello, se multiplican las reclamaciones de investigación de los hechos. Adepa, por ejemplo, exige la comparecencia pública del consejero de Sanidad, Manuel Lamela, a quien señala como responsable de la mala situación de los hospitales de la región. La consejería, por su parte, no se ha pronunciado más que para rebatir al PSOE, que acusa a Lamela de bloquear hace un año una investigación de los socialistas sobre el servicio de urgencias pediátricas. Igualmente, el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, explicó ayer que había reclamado, tanto a la Fiscalía como al director del hospital, informes sobre la situación de los bebés prematuros. El presidente de la Asociación Española de Pediatría, Alfonso Delgado, dijo que estaba «convencido» de que «no hay ningún responsable» en el caso porque «la morbimortalidad en los niños pretérmino y de tan bajo peso es muy elevada».