Expertos en medicina discrepan sobre el caso de Inmaculada Echevarría

Expertos en ciencias sanitarias discreparon ayer sobre si el caso de Inmaculada Echevarría se trata de eutanasia o de aceptación de la negativa de la paciente al tratamiento que recibe, en las jornadas «Biomedicina: ámbitos científico, ético y social», que se celebran en el Senado. Esta paciente, que padece distrofia muscular y lleva diez años postrada en una cama del Hospital San Rafael de Granada, decidió que se le desconectara de la máquina que la mantiene con vida y ha obtenido los permisos necesarios por parte de la Junta de Andalucía. El profesor del Centro Superior de Investigaciones Científicas, Emilio Muñoz, aseguró que lo que está pidiendo Inmaculada es «auxilio indirecto», por lo que no se trata de «suicidio, sino de una opción que tiene que debatir y contrastar con los responsables técnicos y científicos». Muñoz, también doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, defendió que se legisle la eutanasia porque «la muerte digna es un derecho», y «tendríamos que ir avanzando por ahí», ya que es una «elección fundamental». Eutanasia El catedrático de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la misma Universidad, César Nombela, consideró que el caso de Inmaculada es eutanasia y no lo ve «aceptable» porque supone «aceptar el fracaso de la medicina». «Yo creo que una lucha por la vida es más positivo para nuestra sociedad», agregó el experto. A su juicio, hay que «apostar mucho más por la atención a los enfermos» aun entendiendo que «estas situaciones límites plantean graves dificultades a las personas afectadas y situaciones incluso desesperadas». Nombela se mostró contrario a una legislación que regule la eutanasia y dijo que «los vacíos legales tienen que ser rellenados con claridad» porque los puntos de vista son «discrepantes y las mayorías imponen criterios que algunos podemos no aceptar en algunos momentos». También aseguró que la presencia de estos temas en los medios de comunicación estará siempre «garantizada» porque el análisis de la moralidad de determinadas actuaciones médicas «va a acompañar a la humanidad en todo lo que lo queda de existencia».