Africanas y españolas ven al hombre como un actor básico en la igualdad de la mujer
«No existen derechos humanos sin derechos humanos de las mujeres», recalcó la primera ministra mozambiqueña Luisa Diogo durante la inauguración, presidida por la reina Sofía, del Encuentro España-África. Mujeres por un Mundo Mejor . Y Barbara Hendricks, cantante y Premio Príncipe de Asturias de las Artes, remachó durante los debates que esos «derechos humanos empiezan en casa», con una «mirada a los ojos del marido para exigirle un trato respetuoso y de igual a igual». La preocupación por implicar a los hombres en ese esfuerzo por la igualdad se asomó al encuentro en algunas intervenciones. Y lo hizo con tono crítico («los que deciden comenzar las guerras son nuestros maridos, hermanos, padres», protestó la Premio Nobel de la Paz 2004 Wangari Maathai), pero también con una especie de «realismo necesario». En muchos casos, reconoció la presidenta liberiana Ellen Johnson-Sirleaf a propósito de la lucha contra la violencia machista, «el apoyo de los hombres es esencial, porque la maquinaria de la reforma está en manos masculinas, y grupos de mujeres ya han conseguido recabar ese apoyo colectivo». De ahí la sugerencia de la ministra de la Presidencia ugandesa, Beatrice Wubadeya, de «una conferencia para conseguir que los hombres estén de nuestra parte», planteó a las participantes en el encuentro.