Matar para trasplantar

EL MIÉRCOLES 28 de febrero de este año 2007 el periódico «Los Angeles Times» nos ofrecía en primera página un título llamativo: «la policía comprueba una muerte en un caso de donación de órganos». Los periodistas Charles Ornstein y Tracy Weber explican que se está investigando algunas acusaciones contra el Dr. Hootan Roozrokh. Se trata de un cirujano de la ciudad de San Luis Obispo que habría acelerado la muerte de Rubén Navarro, un hombre de 26 años que se encontraba bajo cuidados intensivos. El médico le habría administrado dosis excesivas de sedantes para acelerar su muerte y proceder al trasplante de sus riñones. Ni el cirujano ni otro médico allí presente, que lleva por nombre Arturo Martínez, realizaban aquella operación para la misma institución sanitaria, sino a favor de un grupo que busca y distribuye órganos en el norte y el centro de California. Todo el procedimiento va contra las leyes nacionales relativas a los trasplantes. Y, sobre todo, contradice los más elementales principios de la ética médica. Evidentemente todo el asunto se encuentra en fase de investigación. Pero entre las líneas de la noticia hay un detalle escalofriante. Cuando los periodistas entrevistan al señor Gerald Schwartzbach, abogado del cirujano, parece que éste contesta que su cliente puede haber cometido algunos errores, pero que «ciertamente no es el único». En el proceso de los trasplantes de órganos hemos pasado por etapas muy diferenciadas. Hace sesenta años los manuales de ética se mostraban muy reticentes ante esa posibilidad. Posteriormente, los moralistas irían repensando los principios éticos implicados y verían la bondad moral de una donación que podía salvar otra vida. El papa Juan Pablo II tuvo muchas ocasiones para animar a los cristianos a convertirse en donantes de órganos. Pero tras el no y el sí habrían de aflorar las necesarias cautelas. En su encíclica «El Evangelio de la vida» (25.3.1995), el mismo Juan Pablo II anotaba algunos abusos frecuentes contra la vida humana. En ese contexto escribía: «No nos es lícito callar ante otras formas más engañosas, pero no menos graves o reales, de eutanasia. Estas podrían producirse cuando, por ejemplo, para aumentar la disponibilidad de órganos para trasplante, se procede a la extracción de los órganos sin respetar los criterios objetivos y adecuados que certifican la muerte del donante». Noticias como la que aquí se comenta nunca vienen solas. Los organismos internacionales han dado la voz de alerta ante otros casos de desaparición o muerte de personas que parecen haber sido utilizadas como «canteras» para la extracción de órganos. Todos estos casos nos llevan a recordar que la persona, toda persona, pertenece al reino de los fines, no de los medios. No se puede sacrificar a nadie en beneficio de otro. No se puede hacer el mal para conseguir un bien. Desde el 23-II: Exposición sobre el IV Centenario del Seminario (Seminario, León, 19-21 h.). Formación permanente del Clero (Colegio Pablo VI, La Rúa, Astorga) Día 10, sábado: Escuela de Catequistas: convivencia-retiro en los arciprestazgos (León) Festival de la Canción Misionera Infantil (Colegio Pablo VI, La Rúa) Día 11, domingo: Domingo III de Cuaresma Día 12, lunes: Comienza la Semana Vocacional (Seminario, León, 20 h.). Hasta el 18 Sesión de Formación Permanente del Clero (Seminario, León 11 h.) Comienzan Cursillos prematrimoniales (Ponferrada y Valencia de Don Juan) Día 13, martes: Reunión de los Obispos de la Provincia Eclesiástica (Oviedo). Sigue el 1 4. Día 16, viernes: Vigilia Vocacional (Seminario, León , 20 h.)