Cosas de aquí | El verso en estado puro
Compromiso con la palabra
«Quieto espacio. Fugacidad del tiempo», de Gaspar Moisés Gómez, un escritor lleno de hallazgos, es el libro que mañana ofrece el Diario dentro de su Biblioteca Leonesa
«Somos el equilibrista estrafalario que recorre su tirante cuerda./ Si se afloja, caeremos. Y, si se tensa más,/ seremos nada contra el cielo./ De todos modos, un seguro espantajo que aspira/ sólo a mantenerse contra las cosas todas,/ aunque sea sin fortuna alguna». Quieto espacio. Fugacidad del tiempo es el poemario que mañana viene a añadirse a la completa Biblioteca Leonesa de Escritores que el Diario de León entrega, como el resto de los 52 volúmenes de los que consta, al precio simbólico de tan sólo un euro y medio. Su autor es Gaspar Moisés Gómez, un escritor humilde y sencillo pero lleno de hallazgos, cuya influencia callada y poderosa se ha dejado sentir en muchos de los poetas leoneses de la última generación por sus versos plenos de sentido, versos que perforan la superficialidad hasta dar con la raíz, el sentido último, de los problemas del hombre y su entorno. Aunque castellano (de Serranillos, Ávila, 1927), Gaspar Moisés Gómez lleva viviendo en la capital leonesa desde 1959. Ha colaborado en diversas revistas de poesía, entre ellas Intus , Altano o la mítica Claraboya . En 1978 participó en la creación y dirección de la publicación Alcance . Como extracta el catedrático de Literatura de la Universidad de León José Enrique Martínez, encargado de la presentación y selección poética incluidas en este libro, Gómez «es autor de una extensa obra poética compilada en sus obras Con ira y con amor , Las bravías abejas , Sinfonías concretas , Al filo del alma , Al filo del cuerpo , Oráculos sombríos , Son perversos los límites , Y mañana tampoco . Ha sido galardonado con los premios de poesía Álamo, Bienal Provincia de León, San Lesmes Abad, La Cochera y el Juan Ramón Jiménez». «La poesía de Gaspar Moisés Gómez, de intensa emotividad -continúa José Enrique Martínez-, brota entrañada en el hombre, ordinariamente particularizado en el yo existencial, sujeto de encontradas vivencias amorosas, temporales y religiosas, que vive aspiraciones elevadas y certezas amenazadas por el vacío, sin olvidar otra veta menos frecuente de contenido y desarrollo realista; en los poemarios últimos se han ido acentuando temas como la vejez y la muerte. Quieto espacio. Fugacidad del tiempo es un poemario inédito». Pero, además, buena parte de la poesía de Gómez «está impregnada de religiosidad. Dios es en esta poesía un hondo latir, un profundo sentir, el destinatario de súplicas de amor y de solidaridad y, a veces, de leve protestas; Dios es, sobre todo, el poseedor de la única respuesta: la de la pervivencia». Por otro lado, «los pocos que se han ocupado de la poesía de Gaspar Moisés Gómez han subrayado su lirismo; su poesía concentra y eleva todas las cualidades que atribuimos al texto lírico: comunicación intensa, concentrada y emotiva, interiorización del mundo poetizado, sentido polivalente, brevedad, metaforización de las vivencias»...