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Publicado por
JOSÉ-ROMÁN FLECHA ANDRÉS
León

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ANTES se ponderaba la duración de algo diciendo que era más largo que una cuaresma. Ahora este tiempo pasa volando. No deberíamos terminarlo sin recordar el mensaje que el Papa Benedicto XVI ha escrito para la cuaresma de este año. «Mirarán al que traspasaron» (Jn 19, 37). Este es el tema bíblico escogido para encabezarlo. En nuestra tradición, la cuaresma se comprende como un tiempo de penitencia y de conversión. Pero esas actitudes se basan en la fe en Jesucristo. Al dirigir nuestra mirada a Cristo crucificado descubrimos que en él se nos revela plenamente el amor de Dios. Al tema del amor de Dios dedicaba el Papa hace un año su primera encíclica. A ella vuelve ahora para recordarnos que el amor de Dios puede entenderse como agapé y como eros . «El término ágape indica el amor oblativo de quien busca exclusivamente el bien del otro; la palabra eros denota, en cambio, el amor de quien desea poseer lo que le falta y anhela la unión con el amado». Es claro que Dios nos ama con un amor gratuito, por el que se entrega libre y generosamente a nosotros. Pero afirmar que el amor de Dios es también eros nos resulta un poco más extraño. Sin embargo, recordando a los profetas de Israel, el Papa dice que Dios ama a su pueblo de forma apasionada: «El Todopoderoso espera el «sí» de sus criaturas como un joven esposo el de su esposa». En ese contexto se sitúa la meditación sobre este tiempo de pasión. «En el misterio de la cruz se revela plenamente el poder irrefrenable de la misericordia del Padre celeste. Para reconquistar el amor de su criatura, aceptó pagar un precio muy alto: la sangre de su Hijo unigénito. La muerte, que para el primer Adán era signo extremo de soledad y de impotencia, se transformó de este modo en el acto supremo de amor y de libertad del nuevo Adán». Se puede decir que en la cruz se manifiesta el eros de Dios por nosotros, puesto que eros es la fuerza «que hace que los amantes no lo sean de sí mismos, sino de aquellos a los que aman». Ese amor es el que «impulsó al Hijo de Dios a unirse a nosotros hasta el punto de sufrir las consecuencias de nuestros delitos como si fueran propias». El Papa nos invita a mirar a Cristo traspasado en la cruz: «la revelación más impresionante del amor de Dios, un amor en el que eros y agapé, lejos de contraponerse, se iluminan mutuamente». Nos invita a aceptar el amor por el que Dios se entrega a nosotros, a corresponder a ese amor y a comunicarlo a los demás. Ésa es la tarea para esta cuaresma. Contemplar a Cristo traspasado «nos llevará a abrir el corazón a los demás, reconociendo las heridas infligidas a la dignidad del ser humano; y nos llevará, en especial, a luchar contra toda forma de desprecio de la vida y de explotación de la persona, y a aliviar los dramas de la soledad y del abandono de muchas personas». Una tarea que podemos examinar en estas dos semanas de pasión y de amor. Desde el 23-II: Exposición sobre el IV Centenario del Seminario (Seminario, León, 19-21 h.). Día 24, sábado: Jornadas diocesanas de ?uventud (Santa Cristina de la Polvorosa, Astorga) Convivencia vocacional Gente CE (Seminario, León). Cursillo prematrimonial de fin de semana (PP. Agustinos, León) Formación permanente para profesores de ERE (Astorga) Convivencia-Retiro para profesores de ERE (León) Form ación Perman ?nte del Clero (La Rúa, Astorga) Pregón de Semana Santa (Catedral, Astorga, 20 h.) Día 25, domingo: Domingo V de Cuaresma: Jornadas diocesanas de Juventud (Santa Cristina de la Polvorosa, Astorga) Día 26, lunes: Solemnidad de la Anunciación del Señor Pregón de Semana Santa (Nuevo Recreo Indus trial, León, 20 h.) Día 28, miércoles: Form ación Permanente del Clero (La Nora del Río, Astorga) Día 30, viernes: Llamado «De Dolores» Primera procesión de Semana Santa (Ntra. Sra. Mercado, León, 20,30 h.) Vía crucis procesional (Santuario de Fátima, Astorga, 22,15 h.)